A 90 minutos en avión de Madrid se puede visitar un castillo con forma circular que recuerda al Coliseo de Roma

El Castillo de Bellver se convirtió en una prisión inexpugnable, donde cientos de soldados de las guerras napoleónicas fueron tomados como prisioneros

A 90 minutos de avión de Madrid se puede visitar un castillo con forma circular que recuerda al Coliseo de Roma

El Castillo circular de España que recuerda al Coliseo de Roma

España es un paraíso por su clima, gastronomía y oferta cultural. Además de su calidad de vida. De eso no cabe duda. Sin embargo, también es un país con una historia fascinante a sus espaldas y con cientos de monumentos que han sido testigos de los momentos más importantes de la humanidad, además de dar cobijo a personalidades de renombre. Y en este caso se encuentra un castillo circular que, además de ser el más antiguo de Europa, hace recordar al famoso Coliseo de Roma. Hablamos, efectivamente, del Castillo de Bellver, en Palma de Mallorca.

Este imponente monumento fue construido por el arquitecto Pere Salva a principios del siglo XIV. Por orden del rey Jaume II, lo hizo sobre la colina de Bellver, por lo que recibe esta denominación. La historia radica en que el monarca estaba convencido de que los fantasmas de sus antepasados y los soldados moriscos le perseguían, por lo que también ordenó la construcción de la conocida como Torre del Homenaje, una edificación separada del edificio principal por un puente de piedra que tenía que ser destruido en el caso de invasión enemiga. Allí, el rey podría aguardar hasta que llegaran refuerzos, ya que disponía de agua y provisiones.

La prisión de Gaspar de Jovellanos

Con el paso del tiempo, la residencia real se convirtió en una prisión inexpugnable, donde cientos de soldados de las guerras napoleónicas fueron tomados como prisioneros. Entre sus muros, pasaron sus últimos días mientras eran víctimas de terribles torturas. Ya en el siglo XX, ochocientos presos republicanos fueron encerrados, que se encargaron de la construcción de la carretera que conduce desde la calle Joan Miró hasta las escaleras de acceso al patio exterior.

En este sentido, el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos estuvo preso durante seis años en el Castillo de Bellver de Pala de Mallorca, en concreto desde 1802 hasta 1808. Según la historia,  los encargados de realizar la vigilancia nocturna aseguraban que el sonido de unos pasos les seguían hasta detenerse frente a las escaleras que bajan al portalón de la entrada principal. Por otro lado, otros avisaban por radio a sus compañeros, al escuchar voces y sentirse tocados por manos que aparecían de entre la oscuridad junto a las esculturas romanas.

Los rumores comenzaban a acentuarse y los empleados del servicio de la limpieza afirmaron que habían visto la sombra de Jovellanos para luego desvanecerse en la puerta de la celda en la que estuvo encerrado. Pero no fueron los únicos, puesto que unos electricistas juraron haber oído gritos y lamentos que procedían de la parte baja del Castell, mientras trabajaban en unas reparaciones de madrugada.

La cueva de la bruja Na Joana

La fortaleza del Castillo de Bellver tiene el en subsuelo unas cuevas excavadas por los propios trabajadores que construyeron el castillo. Por tanto, según cuenta una de las leyendas, estas rutas de escape habían servido de morada a una malvada bruja conocida como “Na Joana”.

La historia está protagonizada por Joan, un niño de Palma muy bondadoso con joroba. Un día, su madre le pidió que fuera a buscar leña al bosque de Bellver. El pequeño obedeció y, al llegar al lugar, se topó con una cueva. En su interior, había una bruja bailando y cantando junto a otras dos hechiceras. Las tres mujeres realizaron unas preguntas al chico, que respondió con gran educación. Ante ello, le invitaron a danzar antes de quitarle la joroba con su magia.

Cuando el joven regresó a la ciudad, nadie daba crédito. Una vecina, que tenía un hijo también con joroba, quiso saber el secreto, por lo que mandó al menor a ver a Na Joana y a sus amigas. Pero su pequeño resultó tan bondadoso y educado y respondió de mala gana a las preguntas. De esta manera, fue castigado con una segunda joroba.

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