El fútbol siempre será uno de los mejores escenarios posibles para tratar de visibilizar cualquier medida o reivindicar cualquier argumento que un colectivo quiera mostrar al mundo entero, ya sea directa o indirectamente. En este caso, ha servido de altavoz mediático para mostrar la realidad de la discapacidad.
Walter Montillo es un exjugador de fútbol argentino que anunció su retirada del máximo nivel con la camiseta del equipo Universidad de Chile, hace más de cuatro años; sin embargo, no ha sido hasta este mes de diciembre cuando ha podido gozar del partido más bonito de su carrera: el de despedida, acompañado por toda su familia.
Precisamente, en este encuentro, el protagonista inesperado fue Santino Montillo, el hijo pequeño de Walter, exfutbolista, que presenta un diagnóstico de síndrome de Down, y tuvo la oportunidad de disputar unos minutos sobre el césped que rendía un sentido homenaje a la trayectoria de su padre. El pequeño, de quince años, pudo meter un gol que fue festejado por todo el estadio.
Un gol al síndrome de Down
Walter Montillo ha tenido una dilatada carrera, a pesar de que fue sometido a una operación de riesgo que la puso en un compromiso. En este encuentro ‘homenaje’ a su carrera profesional, en la que ha estado dedicado al fútbol de élite durante un largo periplo de años, vistiendo la camiseta de distintos equipos, entre los que destaca la Universidad de Chile en dos ocasiones, apareció un goleador improvisado.
Montillo tiene dos hijos: Valentín, de diecisiete años y que sueña con ser futbolista profesional, y Santino, un pequeño de quince años de edad y que presenta síndrome de Down y que resultó ser la gran sensación y la sorpresa del partido.
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Por una orden de Gerardo Pelusso, entrenador de uno de los dos equipos que disputaron el encuentro, Santino hizo una entrada al campo triunfal. En un momento del encuentro, este joven ‘goleador’ recibió el balón y se fue encarando a la portería rival, donde venció al portero con un disparo que no logró atajar. Tras el impacto del balón con la red, el estadio estalló de alegría y mostró la cara más inclusiva de la discapacidad.
Por tanto, el fútbol se volvió a convertir en un bonito espejo en el que las personas con discapacidad pueden mirarse para sentirse incluidas en el deporte y en la sociedad, traspasando y derribando barreras. Así mismo, este partido contó con la presencia de jugadores importantes a nivel internacional, con especial mención en Argentina como Ezequiel Lavezzi o Juan Pablo Sorín,
«Momentos para siempre en mi memoria»
La entrada al campo de Santino Montillo, sin duda, siempre será un momento especial y que podrá guardar «en mi memoria» su padre, Walter Montillo en el día de su retirada como futbolista profesional. A pesar de ser él el protagonista, no tuvo reparo en cederel protagonismo a su hijo pequeño y permitirle meterle un ‘golazo’ al síndrome de Down.
Tras un primer intento fallido de golpeo al balón, Montillo se rehízo y logró impactar el esférico para batir al portero, que, pese a la estirada, no logró alcanzar la pelota. En ese momento, todo el estadio celebró el tanto con inmensa alegría y haciendo de ese instante, una eternidad para la familia.
La felicidad se había apoderado de este pequeño, que fue alzado a hombros por los futbolistas que rendían homenaje a su padre. Una bonita y casuística metáfora de la vida: sobreponerse a obstáculos para alcanzar objetivos.
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Además, este pequeño celebró el gol frente a una histórica pancarta que referencia a su familia y que rezaba: ‘Aguante Montillo, fuerza Santino‘, que tiene su origen hace más de quince años, cuando el joven estuvo ingresado por un grave problema intestinal.
Montillo decidió jugar y le anotó un gol a la Unión San Felipe, que quedó grabado en la memoria de la afición de la U de Chile. Al final, Santino sobrevivió, y, tres lustros más tarde, fue la figura en la gran despedida de su padre. Un momento cargado de simbolismo.