Amelia Uceda Domínguez -Meli, como también se le conoce- es una mujer «valiente, sensible y profundamente humana«. También es periodista de profesión, escritora y, esencialmente madre de dos niños; Iván, uno de ellos, presenta una discapacidad marcada por el diagnostico de autismo desde que cumplió los tres años de edad.
Aquella noticia sobre el autismo de Iván cayó «sobre mis hombros o, mejor dicho, sobre mi corazón», desvela la propia Amelia, cuya experiencia le ha enseñado a «transformar el dolor en luz«. Meli desarrolló su profesión en el sector de los medios de comunicación, hasta que la discapacidad llamó a su puerta y emprendió el camino de la entrega más pura y sincera hacia su familia.
Esa nueva «forma de vivir» le ha instado a mirar a la vida de manera distinta siendo los mismos ojos y acompañar a otras personas «en sus propios procesos«, como detallan en una entrevista para ‘Radio Voz del Condado‘. Así mismo, la experiencia de esta madre y periodista onubense también le ha encaminado a escribir su propio libro: ‘El delator necesario‘, «una obra honesta y sanadora que invita a comprender que en los momentos más oscuros puede nacer una nueva oportunidad», detalla el guionista de este espacio radiofónico.
El diagnóstico de autismo
La experiencia vital de Amelia Uceda siempre ha estado marcada por algún aspecto que, como ella misma estima, se le «escapaba». Lo explica con naturalidad: «Había en mí una melancolía que me perseguía y a la que no quería echar cuenta». Sin embargo, entendió ese proceso en 2007, con la llegada al mundo de Iván, su primer hijo y hermano mayor de Diego, que nacería en 2012.
Tres años más tarde, el primero de sus hijos fue diagnosticado de autismo, una condición intelectual que altera todo tipo de planes establecidos y que requiere importantes cuidados y actitudes que no dañen las emociones del paciente. La discapacidad había hecho acto de presencia en casa de Amelia. «La mala evolución de Iván«, unidos a problemas personales de su madre, invitaron a una vida alejada de lo deseado: «Vivir era únicamente sufrir«, expone Meli.
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Por ello, aquella delicada situación guio a Amelia a «indagar más allá de las explicaciones usuales y oficiales acerca de una discapacidad psíquica como es el autismo» y de su impacto en el ámbito familiar. También «me fijé, estudié y aprendí a entender las reacciones emocionales» ante circunstancias marcadas por el dolor, el estrés y el sufrimiento».
Desde entonces, esta valiente mujer pasó más de una década dedicada al «cuidado exclusivo de su familia» debido al diagnóstico de autismo de Iván. Ahora, con la comprensión necesaria del valor de «ayudaros y ayudarme», Amelia se ha perfilado como una magnífica portavoz «del potente mensaje que nos trae una persona con esta condición«.
Gestión emocional ante una discapacidad
El trayecto de ida que Amelia Uceda ha recorrido junto a su familia, especialmente con el autismo de Iván, que ya ha alcanzado la mayoría de edad, le ha instado a ser una persona de referencia para quienes conviven con la discapacidad, acompañando a familias con esta condición.
La convivencia en casa con la discapacidad, la superación por la pena y el dolor o la ausencia de respuestas por parte de las administraciones son algunos de los temas claves que esta madre, conocedora de todas estas situaciones, aborda en sus talleres sobre gestión emocional ante una discapacidad. Meli ha pasado por todas y cada una de ellas de estas etapas.

Así mismo, destaca que «tenemos un motor que siempre nos hace tirar hacia adelante, que nos hace seguir buscando, que es el amor hacia nuestros hijos» y somos capaces de amar «a personas con discapacidad«, yendo «en busca de la autenticidad». Uceda invita a pensar que «la aceptación real y la paz son posibles».
Finalmente, de este modo, la perspectiva, la experiencia y la trayectoria de Amelia Uceda conviviendo con la discapacidad de su hijo Iván, diagnosticado de autismo desde los tres años, le permite aseverar que «el bienestar que anhelas está más cerca de lo que crees«, haciendo extensible ese maravilloso mensaje a familias que conviven en una situación similar a la de esta unidad familiar de Huelva.
