Hay superhéroes que no visten con capa ni antifaz. Ni siquiera pueden volar. Pero sí pueden derribar barreras, prejuicios y miradas más fuertes que cualquier enemigo de carne y hueso; también pueden hacer caso omiso a comentarios que buscan ridiculizar o humillar, aunque, realmente, la respuesta siempre acaba llegando en forma de admiración y reconocimiento por su labor.
Antón, aunque él no lo crea o no lo piense -todavía- forma parte de ese elenco de ‘superhéroes’ que han de hacer frente y convivir con la discapacidad. En su caso, se antoja como un complicado rival al que hay que batir todos los días sobre el parqué de la pista de baloncesto, un deporte que practica en el club Basketmi Ferrol, una entidad que promueve la inclusión en el deporte desde 1990.
Gema es la madre de Antón y presidenta de este club de baloncesto. De acuerdo con su testimonio, una de las mayores metas de su hijo es lograr el reconocimiento y la visibilidad del baloncesto adaptado y en silla de ruedas. Un logro que está directamente relacionado con una de sus frases más célebres, a pesar de su juventud: «En las Olimpiadas ves a los héroes que tienes y a los que admiras; en las paralimpiadas nacen los superhéroes«.
«Qué bien que naciera aquí»
Antón nació con una malformación que le causaba una gran sensación permanente de dolor. Fruto de esta situación, irreversible, optó por tomar una de las decisiones más imponentes, importantes y consecuentes decisiones que podrá tomar en su vida: pedir la amputación de su pierna. De un plumazo, los sueño y aspiraciones parecían haberse desplomado. Pero sólo era un simple parecer.
Antón, igualmente, tiene la inmensa fortuna de tener en su vida a Gema, su madre. Cuando este joven nació, el primer pensamiento de Gema fue: «Qué bien que naciera aquí«, segura del amor sincero e ilimitado que podría ofrecerle a aquel entonces bebé. De este modo, agrega que una única mentalidad invadió su pensamiento: «Tengo un hijo con discapacidad y estoy preparada para luchar a su lado«.
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A día de hoy, el joven Antón es el jugador más joven de la Primera División de baloncesto adaptado, un deporte que llegó a su vida como, prácticamente, una salvación: «Vivía muy triste y el baloncesto le salvó la vida«, recuerda Gema. Para ella no ha sido sencillo ser testigo del proceso de su hijo, pero sí ha tenido simrpe claro su lugar y su papel, fomentando la accesibilidad y la inclusión de la discapacidad en el deporte.
Además, la propia Gema no sólo es madre de Antón, sino que también ostenta el puesto de presidenta del club Basketmi de Ferrol, una entidad firmemente comprometida con la inclusión. Igualmente, el desempeño de esta madre también le han posicionado como una de las voces más activas en la divulgación del deporte adaptado. «Lo mejor que hace mi madre para cuidarme es hacerme reír«, expone Antón en declaraciones al programa ‘De seda y hierro‘.
Héroes y superhéroes
A lo largo de la vida, todos hemos tenido -o tenemos- una figura a la que idolatrar o prestarle nuestras alabanzas, como si de un héroe se tratase, ya sea de ciencia ficción o de pura realidad. En cualquier caso, los superhéroes también han tenido un importante papel en la infancia de tantos niños y niñas, que los miran desde los ojos del empoderamiento y de la posibilidad.
Entre estos superhéroes se pueden agregar a las personas con discapacidad, por lo que Antón ya es un verdadero «superhéroe», como él denomina a los deportistas que participan en las paralimpiadas y en competiciones adaptadas. Él mismo lo hace a través del baloncesto en silla de ruedas.
Desde esta experiencia, Gema, Antón y todos sus compañeros de equipo recorren centros escolares para fomentar la visibilidad y la sensibilidad de la discapacidad, destacando su inclusión en el deporte: «Lo que siento es esperanza porque mientras están escuchando, te están entendiendo y ninguna palabra cae en saco roto», estima esta madre para el programa de TVE.
Finalmente, el propio Antón es, sin pretenderlo, una figura esencial para divulgar el baloncesto en silla de ruedas y adaptado para jugadores con discapacidad. Y quien sabe si, dentro de unos años, este joven está representando a su país en una competición paralímpica, siendo el «superhéroe» de miles de niños que sueñan con ser como él.
