Cuando comemos comidas picantes se activan los nociceptores, que son terminaciones nerviosas que captan el dolor. Por esta razón, el picante no es un sabor en sí. Sino que realmente estamos hablando de una sensación que puede mejorar el bienestar de algunas personas y empeorar el de otras.
Los alimentos picantes normalmente son ricos en compuestos químicos que le dan esa potencia. Por ejemplo, contienen en su composición capsaicina, piperina o allicina. Estos compuestos los podemos encontrar en las guindillas, los pimientos o el ajo.
Hay personas que tienen el umbral del dolor más bajo que otras, por lo que las comidas picantes no son toleradas por todo el mundo. Ya que tiene mucho que ver con estos parámetros tan personales.
El picante es la sensación que comienza a aparecer en nuestra boca cuando ingerimos alguna comida que active el receptor de la capsaicina. Esto hace que se le envíen señales al cerebro y tengamos esa sensación de picor y quemazón.
Dependiendo de nuestra salud, va a ser más o menos beneficioso que comencemos a incorporar comidas picantes de forma regular a nuestra dieta diaria. Por lo que lo más adecuado es consumirlas en dosis muy bajas.
Beneficios de comer alimentos picantes
A pesar de que una ingesta masiva e incontrolada de alimentos picantes puede ser muy nocivo para la salud, esto también puede traernos muchos beneficios. Como por ejemplo, los que vamos a comentar a continuación:
- Sirve como tratamiento analgésico. Y es que el picante engaña al sistema nervioso central, haciendo que el dolor disminuya en algunas zonas de nuestro cuerpo. Por ejemplo, esto es muy usado en farmacología para medicamentos contra la psoriasis o la artritis.
- El picante tiene propiedades antisépticas y antibacterianas. Por lo que es perfecto, por ejemplo, para calmar las afecciones ocasionadas por comer alimentos en mal estado.
- Activa el sistema digestivo. Esto es porque consumir picante en dosis adecuadas, sin excedernos en su ingesta, puede ser muy beneficioso para favorecer la digestión y mejorar el flujo gastrointestinal.
- Ayuda a controlar el sobrepeso y la obesidad. Y es que los alimentos picantes tienen en su composición enzimas que ayudan a activar nuestro metabolismo. Favoreciendo la pérdida de grasa y ayudándonos a perder peso.
- Activa la circulación. Además, también ayuda a controlar los niveles de la presión arterial en nuestro cuerpo.
Todo esto hace que el consumo de comidas picantes en dosis controladas y recomendables sea algo muy beneficioso para favorecer el funcionamiento del organismo. Aunque esto también puede ser contraproducente para algunas personas cuyo estado de salud no sea el más óptimo.
¿A qué grupo de personas puede perjudicar la comida picante?
Si eres una persona con un buen estado de salud, los alimentos picantes pueden favorecer la aparición de problemas en tu estómago e intestino. Y es que estas son más difíciles de digerir, y hacen trabajar más a nuestro sistema digestivo.
De la misma manera, las comidas picantes también están contraindicadas para personas que ya tengan alguna enfermedad relacionada con el intestino o el estómago. Por ejemplo, el consumo excesivo de este tipo de alimentos es perjudicial para aquellas con úlcera gastroduodenal, gastritis o síndrome del intestino irritable.
Además, también está limitado su consumo para personas con problemas hepáticos, hemorroides, mujeres embarazadas así como en período de lactancia o niños menores de 6 años.
El consumo frecuente de comidas picantes puede hacer que nuestro cuerpo se comience a acostumbrar a esa sensación. Por lo que cada vez tendremos el umbral del dolor más alto, haciendo que tengamos que consumir más cantidades para notar sus efectos. Algo que es absolutamente perjudicial para la salud.