Recientemente, el Tribunal Supremo de España ha considerado que no pagar las pensiones alimenticias es una forma de violencia económica. Concretamente, el alto Tribunal ha condenado a un hombre a seis meses de cárcel por dejar de pagar la pensión alimenticia a su familia.
En este sentido, el Tribunal Supremo argumenta que incumplir con esta obligación durante un periodo prolongado puede ser considerado como violencia económica. En este caso específico, la persona condenada dejó de pagar las persones por alimentos acumulando una suma de 34.000 euros.
Así, dejó a sus propios hijos en un estado de necesidad. La sentencia del Tribunal Supremo «exige al progenitor que los tiene consigo en custodia a llevar a cabo un exceso en su esfuerzo de cuidado y atención que le priva de atender sus propias necesidades para cubrir las obligaciones que no verifica el obligado a hacerlo».
«Todo ello determina que podamos denominar a estas conductas como violencia económica cuando se producen impagos de pensiones alimenticias», expone el Tribunal Supremo.
Del mismo modo argumentan que «por suponer el incumplimiento de una obligación que no debería exigirse ni por ley ni por resolución judicial, sino que debería cumplirse por el propio convencimiento del obligado a cubrir la necesidad de sus hijos; todo ello desde el punto de vista del enfoque que de obligación de derecho natural tiene la obligación al pago de alimentos».
¿Qué es la pensión alimenticia?
La pensión alimenticia es una especie de contribución económica que ciertos familiares tienen la obligación de pagar a sus parientes en estado de necesidad. Principalmente se utiliza en los casos de divorcios, cuando los cónyuges tienen la obligación de abonar esa prestación de alimentos a sus hijos.

Se trata de un derecho indispensable que tienen los hijos menores tras una situación de divorcio, por lo que es algo que está muy bien protegido por el ordenamiento jurídico español.
Con alimentos, en la citada pensión se refiere a una cantidad económica que es indispensable para el sustento, habitación, vestido, educación y asistencia médica de los hijos.
Así, el Tribunal Supremo determina que no abonar la pensión alimenticia constituye una forma de violencia económica, como en el caso que nos atañe. Sin embargo, se pueden dar casos en los que el poder judicial determine retirar la pensión alimenticia por determinados motivos.
«Tratar a su padre como un cajero automático»
Recientemente, un hombre ha conseguido con una sentencia histórica que un juzgado le retire a sus hijas el derecho de cobrar la pensión de alimentos, ya que lo trataban como un cajero «automática». Es la primera vez en España que se produce una sentencia de este tipo.
En 2003 la pareja decidió divorciarse y a partir de ahí nació la obligación del padre a realizar una manutención de forma continuada de sus dos hijas, llevando a cabo la pertinente pensión alimenticia. Sus dos hijas decidieron seguir viviendo con su madre.
Desde que cumplieron la mayoría de edad ambas hermanas mantenían una relación nula con su padre y solo contactaban con él para pedirle dinero o que les pagara determinadas cosas.
Así, un juzgado de Córdoba ha determinado que el padre tiene el derecho de dejar de pagar la pensión alimenticia a sus hijas. En declaraciones al diario NIUS, el abogado del progenitor explicaba que su cliente «era un cajero automático».
Según destaca el propio abogado, el procedimiento judicial se ha basado en «demandar la extinción de la obligación de pagar pensión alimenticia a los hijos cuando media un desapego absoluto, duradero en el tiempo y básicamente imputable los hijos».
Hablamos de una sentencia histórica en España, ya que este tipo de pensiones están muy protegidas en el país. Hasta tal punto que el Tribunal Supremo tilda como violencia económica dejar de pagar la pensión alimenticia.