Es una situación muy común. Terminas de cocinar y te sobra comida que decides meter en un táper. La comida está todavía caliente pero la introduces en la nevera. Ante este gesto habitual que todos hemos hecho alguna vez en nuestra vida rutinaria, surgen preguntas como: ¿Puedo meter alimentos calientes a la nevera? ¿Se echan a perder?
Mariana Zapién, ingeniera de alimentos, ha compartido un vídeo en su perfil de TikTok, donde saca de dudas acerca de este común gesto que todos hacemos cuando preparamos comida en casa.
«Cuando cocinamos un alimento caliente y lo dejamos enfriar a temperatura ambiente, damos oportunidad a que se desarrollen microorganismos patógenos que pueden enfermarnos«.
¿Por qué no debemos hacerlo?
Meter alimentos calientes en la nevera no es malo en sí para la propia comida, como afirma la experta en cuestión, ya que es un «excelente método de conservación para los alimentos«. Esto se debe a que a bajas temperaturas, el alimento «no sufre de crecimiento microbiano rápido».
¿Es malo entonces?
No, metiendo un alimento caliente a la nevera, «no se echaría a perder, sino que se enfriaría más rápido«. El riesgo está en realidad para tu nevera. «Esto no significa que sea recomendado meter comida caliente en tu refrigerador porque aunque no se va a echar a perder, el que va a sufrir las consecuencias es tu frigorífico».
La explicación está en que al meter comida caliente, va a aumentar la temperatura interna de la nevera (que siempre debe estar a 4º).
Esto afectará a la «eficiencia de enfriamiento» del aparato y le costará mucho más bajar la temperatura con el consiguiente gasto de energía. En resumen, tu factura de la luz vendrá más elevada por este habitual gesto.
Por último, la comida caliente genera vapores que hacen que aumente la humedad del ambiente y hace que prolifere el crecimiento de hongos y bacterias en el interior de tu frigorífico.
La experta termina así el vídeo dejando claro cómo se debe proceder: «Los alimentos calientes tienes que dejarlos enfriar a temperatura ambiente por un periodo de 1 a 2 horas máximo antes de meterlos en la nevera». De esta forma, tu refrigerador no sufrirá y evitarás que se disparen tus recibos de la luz.