Una de las mejores formas de garantizar el futuro de nuestros bienes tras nuestros fallecimiento, es la realización de un testamento. Así, no realizar testamento puede conllevar una serie de inconvenientes, especialmente, para los herederos.
El Código Civil español establece que «el testamento es aquel instrumento jurídico con el que una persona puede ordenar su sucesión y mediante el cual se dispone el destino que el testador desea para sus propios bienes, una vez que se haya producido su fallecimiento».
Un testamento es un documento oficial que se debe realizar ante notario. Así, el testador puede establecer la disposición de sus bienes tras su fallecimiento. Eso sí, siempre dentro de unos límites legales.
CONSECUENCIAS DE NO HACER TESTAMENTO
La primera consecuencia de no realizar testamento es una distribución no deseada de los bienes. Es decir, en caso de que no haya testamento, la herencia se repartirá acorde a lo que dictamine la ley, siguiendo el orden de herederos que se recoge en el Código Civil.
Cuando una herencia no cuenta con testamento, aumentan las probabilidades de que aparezcan disputas entre los familiares. Al realizar testamento, la partición de la herencia se realiza cumpliendo la última voluntad del testador.
La realización de un testamento tiene un coste entre 40 y 60 euros, dependiendo del tipo de documento a suscribir. Sin embargo, la no realización de un testamento puede multiplicar los gastos para los herederos.
Si el fallecido no deja un testamento, el proceso de sucesión puede alargarse demasiado en el tiempo. Además, todo ello puede derivar en mayores costes para los herederos.
Son algunas de las desventajas de no realizar testamento, aunque no las únicas. Por ello, los notarios y expertos en la materia siempre recomiendan realizar un testamento en vida.
Además, el testamento es un documento que se puede modificar tantas veces como desee el testador. Si bien, únicamente tendrá validez legal lo dispuesto en la última modificación.
MÁS INCONVENIENTES
Una cuarta consecuencia de no realizar testamento es que se tiene menos control. Con este documento oficial es posible designar a un tutor legal para hijos menores o hijos con discapacidad. También se puede nombrar un albacea para administrar el patrimonio.
Un albacea se encarga de velar por que se cumplan las últimas voluntades del testador. Además, puede intervenir para evitar conflictos familiares derivados del proceso de sucesión.
Para disfrutar de una herencia, es necesario pagar una serie de impuestos. Estos impuestos pueden variar en función de cada tipo de herencia y la Comunidad Autónoma donde se reparta la misma. Entre todos ellos, el más importante es el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Así, otra consecuencia de no realizar testamento es que estos impuestos pueden ser más elevados para los herederos. De esta forma, se puede perder la oportunidad para acceder a ciertas rebajas fiscales.
Los profesionales de ‘Garanley Abogados’ señalan que «el testamento es un acto personalísimo e individual, que proviene de la voluntad humana manifestada de forma inteligible. Además, este se caracteriza porque ha de expresarse libremente, por tanto, todo aquel que sea hecho bajo signos de violencia, dolo o fraude serán considerados nulos».