Todos hemos visto los grandes avances en las nuevas tecnologías, y las impresoras no se han quedado atrás. A través de una impresora 3D se pueden crear multitud de objetos y la medicina, como es lógico, se ha “aprovechado” de ello, en el buen sentido de la palabra, claro.
A través de la impresión en tres dimensiones se pueden crear y personalizar implantes o prótesis que se adapten al cuerpo del paciente como una parte más del cuerpo. Esto supone un gran avance en la calidad de vida de estas personas.
En esta ocasión, se están utilizando materiales orgánicos para crear órganos que se puedan trasplantar. Este es el caso del hospital universitario UMC Utrecht en los Países Bajos, donde se centran en crear implantes personalizados para cada paciente.
El objetivo es claro, que los pacientes trasplantados recuperen funciones básicas o incluso venzan a la paraplejia. Esto mismo es lo que han conseguido con dos pacientes, una mujer de 60 años y un adolescente de 16, cambiándoles la vida por completo.
El joven sufre neurofibromatosis, que son una serie de tumores formados por un trastorno genético y que afectan a la espina dorsal. Estos habían avanzado tanto que la columna no podía soportar el peso del cuerpo, lo que le creó un colapso.
El gran peligro que esto suponía para el adolescente era la posibilidad de que le dejase con una parálisis completa. Por ello, los médicos decidieron utilizar el implante en 3D como último recurso, tal y como informa TheLancet.
Debían de crear una pieza que hiciese de soporte a la columna, por lo que debía de ser personalizada. Para ello, usaron titanio como material, que hasta ahora había sido usada en pruebas con éxito.
Sin embargo, no fue tarea sencilla. Más que una complicación médica fue una cuestión legal la que no permitía este tipo de operaciones. Por ello, tardaron seis meses en conseguir la aprobación.