La vitamina D es una molécula importante par la vida humana. Es una vitamina fundamental para la salud de los huesos y para el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Además, diversos estudios establecen una relación directa entre este micronutriente y las células propias del cáncer.
Según la doctora Nicole Martin, especialista en medicina y oncología, la forma activa de la vitamina D juega un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis del calcio del cuerpo. Igualmente, es un micronutriente que actúa como regulador del crecimiento y diferenciación de las diferentes células que conviven en el cuerpo, incluidas las cancerosas.
La vitamina D, como ya hemos comentado en más de una ocasión, es fabricada por la propia piel cuando ésta se expone directamente a los rayos ultravioletas del sol. Esta vitamina es transportada mediante las vías sanguíneas al hígado, donde es hidroxilada. Tras ese proceso llega también al riñón a través de la sangre y vuelve a ser hidroxilada.
A veces, el ser humano puede presentar deficiencia de vitamina D, por una mala alimentación, por escasa exposición al sol o por otras enfermedades; que generan la inadecuada absorción de este micronutriente. Así, una falta de vitamina D en niños puede provocar raquitismo y en adultos osteoporosis u osteomalacia.
La vitamina D está relacionada con algunos tipos de cáncer
Teniendo en cuenta la acción antineoplásica de la vitamina D, la doctora Nicole Martin asegura que los niveles bajos de la vitamina D activa (D3), está relacionada con el aumento del riesgo de diferentes tipos de cáncer, como el de mama, colon y próstata.
Así la vitamina D regula el crecimiento y la diferenciación celular. Es un micronutriente que genera un efecto antiproliferativo e interrelaciona en el ciclo celular; pudiendo inducir la muerte celular programado e incitar a la diferenciación celular.
En definitiva, los análogos que permiten que la vitamina D regule el crecimiento y la diferenciación celular, constituyen una promesa como futuros tratamientos contra el cáncer u otras enfermedades asociadas al desarrollo anormal de las células.
También asociada al Covid-19
Estas evidencias sobre la vitamina D y el cáncer han sido publicadas este mismo año 2020. Un año marcado por la pandemia del Coronavirus a nivel mundial, que ha afectado especialmente a la sociedad española. Así, en el contexto de lucha para acabar contra el virus y encontrar tratamientos eficaces se han realizado numerosos estudios científicos.
Uno de estos trabajos de investigación, desarrollado en la Universidad de Cantabria (Santander) concluyó que el 80% de los pacientes con Covid-19 presentaban deficiencia de vitamina D. Los autores de este trabajo señalaban: «Un enfoque es identificar y tratar la deficiencia de vitamina D, especialmente en personas de alto riesgo como los ancianos, los pacientes con comorbilidades y los residentes de hogares de ancianos, que son la principal población objetivo para el Covid-19″.
Algunos expertos se atrevieron entonces a recomendar tratamientos en personas con Covid-19 para reducir los efectos del virus. Sin embargo, durante toda la pandemia, ni la OMS, ni ninguna institución autorizada en materia de salud ha confirmado la efectividad de la vitamina D en tratamientos frente al Coronavirus. Tratamientos que a día de hoy siguen necesitando miles de personas en todo el mundo.
El 27 de diciembre de 2020 se vivió un episodio histórico en España, Comenzó oficialmente la campaña de vacunación frente al Covid-19, suponiendo el principio del fin de la pandemia. Sin embargo, el proceso de vacunación de la población será progresivo.
Entre tanto, un alto número de personas seguirá contagiándose y seguirá siendo ingresada en los hospitales a causa del Covid-19. Desgraciadamente, otras tantas morirán. Por eso, los científicos siguen trabajando en descubrir tratamientos eficaces para paliar los efectos en personas infectadas. La vitamina D es un micronutriente que se sigue estudiando como posible componente en el tratado de pacientes.