Actualmente, en pleno año 2022, prácticamente toda la sociedad tiene acceso a una gran variedad de alimentos y productos alimenticios. Sin embargo, esto no quiere decir que todas las personas cumplan con las necesidades nutricionales del organismo, como vitamina B12, vitamina D, hierro o vitamina B6.
Y es que el organismo requiere de una serie de nutrientes de forma diaria para su correcto funcionamiento y evitar el desarrollo de diferentes afecciones de salud o enfermedades.
Determinadas deficiencias vitamínicas pueden aumentar el riesgo de determinados trastornos de salud en diferentes etapas de la vida. Así lo explican desde el ‘Wellness Institute‘ de la Clínica Cleveland en Estados Unidos.
En concreto, desde este instituto estadounidense citan cinco vitaminas claves que no deben faltar en nuestra dieta y como contar con una cantidad suficiente de forma diaria: vitamina B12, vitamina D, ácido fólico, hierro y vitamina B6.
La importancia de la vitamina B12
La vitamina B12, también conocida como cobalamina, es fundamental para las células nerviosas y sanguíneas. Además, también interviene en la producción de energía del organismo y la creación de ADN.
No obstante, a medida que envejecemos, el organismo cuenta con menos ácido en el estómago para descomponer la proteína y obtener de forma correcta la vitamina B12 de los alimentos.
En este sentido, algunos trastornos como la enfermedad de Chrohn o medicamentos como inhibidores de la bomba de protones, bloqueadores de HD y fármaco para la diabetes metformina también puede influir en su adecuada absorción.
Así, la población en general puede obtener los niveles adecuados de vitamina B12 con el consumo de alimentos como el pescado, carne, aves, leche, productos, lácteos y huevos.
Si bien, en el caso de las personas mayores de 50 años con problemas de absorción de nutrientes o personas que siguen una dieta sin presencia de alimentos de origen animal, es recomendable la ingesta de suplementos vitamínicos; aunque esta opción siempre debe contar con la supervisión de un especialista médico.
Ácido fólico
Otro nutriente destacado por la ‘Wellness Institute‘ de la Clínica Cleveland es el folato y la forma sintética de ácido fólico. Especialmente es importante durante las tres primeras semanas de embarazo para prevenir posibles defectos en el nacimiento.
Así, aumentar el consumo diario de ácido fólico es sencillo comiendo vegetales de hoja verde, frutas, zumos de fruta, legumbres y judías secas. Todos estos alimentos son ricos en folato.
Vitamina D, un nutriente imprescindible
Además de la vitamina B12 y el ácido fólico, la vitamina D es otro de los nutrientes relevantes para la salud del organismo, según la ‘Wellness Institute‘ de la Clínica Cleveland.
En concreto, la vitamina D es clave para la salud de los huesos y la absorción de calcio. La deficiencia de esta vitamina está relacionada con diferentes tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Si bien, la principal fuente de obtención de vitamina D son los rayos ultravioletas del sol. Es decir, al exponer la piel a la radiación solar, el organismo aumenta los niveles de vitamina D mediante un proceso complejo.
Además, en la alimentación encontramos algunas fuentes naturales de vitamina D, como pescados grasos, salmón, caballa, sardinas, atún, champiñones, huevos o aguacates. En la actualidad, podemos encontrar numerosos productos fortificados con esta vitamina.
vitamina B6 y hierro
La vitamina B6 es beneficiosa para el apetito, ayuda a regular el sueño y para mejorar el estado de ánimo. Al igual que la vitamina B12 también juega un papel fundamental en la producción de glóbulos rojos, además de jugar un papel protagonista en las capacidades cognitivas y funcionamiento inmune.
Así, esta vitamina se encuentra principalmente en diferentes tipos de carnes, cereales integrales, vegetales y frutos secos. Además, también existen alimentos y productos enriquecidos con esta vitamina.
Finalmente, el quinto elemento nutritivo destacado por la ‘Wellness Institute‘ de la Clínica Cleveland es el hierro, un mineral especialmente importante durante el embarazo, pero también en cualquier etapa de la vida.
En este sentido, es necesario diferenciar entre ‘hierro hemo’, procedente de alimentos de origen animal y con una mejor asimilación por parte del organismo, y ‘hierro no hemo’, proveniente de alimentos de origen vegetal, como judías blancas, lentejas y espinacas, especialmente recomendable tomar con vitamina C.