La vitamina B1, también conocida como tiamina pertenece al complejo de vitaminas de la vitamina B. En concreto, la tiamina supone una ayuda para las células de nuestro organismo en el proceso de convertir los carbohidratos en energía.
Los carbohidratos juega un papel de vitalidad en nuestro cuerpo, pues tienen la misión de suministrar energía a diferentes partes de nuestro cuerpo. Sobre todo a zonas esenciales como el cerebro y el sistema nervioso.
Son muchas las funciones de la vitamina B1. Destaca su papel fundamental en la conducción de las señales nerviosas y en la contracción muscular. Además, también es importante para el metabolismo del piruvato.
El piruvato es un compuesto desconocido, pero vital en el proceso bioquímico del cuerpo, ya que es el producto final de la glucólisis, primer paso de toda respiración celular. El piruvato actúa de cimiento de unión entre vías aeróbicas y anaeróbicas; de ahí la importancia de la vitamina B1.
Alimentos adecuados
La vitamina B1 o tiamina se encuentra de forma natural en gran cantidad de alimentos, entre los que destacan: carne de cerdo, trucha, atún, huevos, pan, cereales, arroz, pasta, harina, nueces, semillas o legumbres.
Además hay alimentos como los productos lácteos, verduras o frutas que no contienen grandes cantidades de vitamina B1. Sin embargo, si son consumidas con asiduidad se convierte en una gran fuente de esta vitamina.
Desde el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos recomiendan consumir la siguiente cantidad diaria de tiamina, dependiendo de la persona, edad y sexo:
Etapa de la vida | Cantidad recomendada |
---|---|
Bebés hasta los 6 meses | 0.2 mg |
Bebés de 7 a 12 meses de edad | 0.3 mg |
Niños de 1 a 3 años de edad | 0.5 mg |
Niños de 4 a 8 años de edad | 0.6 mg |
Niños de 9 a 13 años de edad | 0.9 mg |
Adolescentes varones de 14 a 18 años de edad | 1.2 mg |
Adolescentes mujeres de 14 a 18 años de edad | 1.0 mg |
Hombres | 1.2 mg |
Mujeres | 1.1 mg |
Mujeres y adolescentes embarazadas | 1.4 mg |
Mujeres y adolescentes en período de lactancia | 1.4 mg |
Normalmente una persona obtiene la suficiente dosis de vitamina B1 diaria mediante el consumo de alimentos. Sin embargo existen determinados grupos de personas que pueden encontrar dificultades a la hora de adquirir la tiamina recomendada por los especialistas. Entre estas personas están aquellas con dependencia alcohólica, personas de edad avanzada, personas con VIH (SIDA), con diabetes o personas que ha sido sometidas a una cirugía bariátrica.
Existen suplementos multivitamínicos o mutiminerales que contienen vitamina B1. También se puede encontrar la tiamina en complejos vitamínico B. Las presentaciones comunes de la tiamina en los suplementos dietéticos son el mononitrato de tiamina y el hidrocloruro de tiamina. Algunos suplementos emplean una forma sintética de la tiamina denominada benfotiamina.
Consecuencias de la falta de vitamina B1
El consumo diario inadecuado de vitamina B1 puede generar deficiencia de esta vitamina en nuestro organismo, lo que a veces deriva en síntomas de debilidad, fatiga, psicosis y daño neurológico.
La falta de tiamina o vitamina B1 aparece con facilidad en personas que tienen una dependencia elevada del alcohol y que por lo tanto padecen alcoholismo. Esto ocurre porque el alcohol en exceso dificulta la absorción de esta vitamina en los alimentos que ingerimos.
Este hecho se puede corregir siempre y cuando la persona que sufra alcoholismo reciba cantidades muy superiores de vitamina B1 para así compensar la diferencia. Un elevado consumo de alcohol y una escasez de vitamina B1 puede llevar al desarrollo, en situaciones extremas, de una enfermedad conocida como beriberi.
Además, otro síndrome que puede aparecer debido a esa combinación de alcohol y falta de tiamina es el síndrome de Wernicke-Korsakoff, común en Estados Unidos. Este síndrome causa pérdida de memoria grave, confusión, desorientación y hormigueo y entumecimiento en manos y pies.