La vitamina D es una vitamina de máxima actualidad. Sus beneficios para la salud son conocidos históricamente, pero la pandemia del Coronavirus ha puesto el foco en la incidencia de este micronutriente frente al virus. Hasta tal punto, que la Universidad de Cantabria (Santander) ha concluido en un estudio que el 80% de pacientes con Covid-19 presenta deficiencia de esta vitamina.
Así, numerosos expertos recomiendan que los tratamientos paliativos contra el Covid-19 cuenten en su composición con vitamina D. Sin embargo, instituciones de salud como la OMS aún no se han pronunciado sobre la eficacia real de esta molécula ante el Covid-19
Beneficios para la salud
De cualquier modo, la vitamina D es un micronutriente vital para el organismo del ser humano. Ayuda en el proceso de absorción del calcio desde los alimentos, favoreciendo la salud de los huesos. Incluso se ha asociado el tener unos niveles óptimos en sangre a reducir el riesgo de sufrir cáncer metastásico.
Por otra parte, la vitamina D es muy beneficiosa para la piel; ya que podemos obtenerla directamente gracias a los rayos de sol que penetran en la epidermis. Otra de las principales vías de obtención de esta molécula es mediante una alimentación equilibrada.
Y es que la vitamina D también juega un papel importante en la salud del sistema inmunológico, el cual actúa frente a virus y bacterias que invaden el organismo. Además, previene la aparición de enfermedades psicológicas como la depresión y la ansiedad.
¿Cómo puedo saber si tengo falta de vitamina D?
Conocida la transcendencia de este micronutriente en la salud, es necesario conocer los síntomas que indican la falta de vitamina D en sangre. Determinar a tipo la carencia de esta molécula puede ser fundamental para evitar problemas mayores.
Alguno de los síntomas más característicos son la fatiga, cansancio, alteraciones en el estado de ánimo, fragilidad muscular, insomnio, nerviosismo o recurrente antojo por alimentos dulces. Si comprueba que estos síntomas persisten en el tiempo es necesario que acuda a un especialista médico.
En este sentido, las personas que presentan deficiencia de vitamina D pueden desarrollar problemas de salud manifestados en huesos débiles y frágiles. Así los niños pueden sufrir un problema óseo denominada raquitismo y los adultos una enfermedades llamada osteomalacia.
Para evitar la falta de vitamina D en invierno a causa de la ausencia constante de sol, es necesario realizar una alimentación adecuada. Entre los alimentos más apropiados para incorporar esta vitamina al organismo destacan: pescados grasos, hígado vacuno, queso, yema de huevo, hongos, leche de soja, leche de almendras y jugos de naranja,