Si hay un Kama Sutra, ¿por qué no un Silla Sutra?

Hoy en día todavía encontramos pocas fuentes de información y orientación en cuanto a la sexualidad práctica en la discapacidad, así como la gran limitación de una sexualidad con etiquetas que verdaderamente son las que nos limitan más que nuestra realidad o circunstancia:

Arturo Valdez Guzmán se hizo la pregunta “Si hay un Kama Sutra, ¿por qué no un Silla Sutra?” cuando pensó que su experiencia como persona con discapacidad le podría llevar a escribir sobre sexualidad y sensualidad sin condicionamientos, juicios o pensamientos erróneos por falta de información y orientación.

En su libro “Silla Sutra, Sexualidad Activa”, pretende compartir soluciones, consejos, técnicas y herramientas adecuadas para que cada persona con discapacidad o algún tipo de lesión “pueda y deba” disfrutar del placer sexual. Pretende romper con la idea de que las personas con discapacidad son asexuadas.

Si hay un Kama Sutra, ¿por qué no un Silla Sutra?

“El hecho de que ya no sienta mi pene o mi vagina, no significa que no pueda disfrutar sexualmente con la boca, la lengua, las palabras o una mirada”.

El libro ofrece opciones y consejos sobre qué hacer antes, durante y después del acto sexual; cómo mover la silla y que rutinas de higiene deben tomarse; además de ideas sobre planificación familiar o cómo encontrar una pareja.

De lo que se trata es de buscar posiciones y no sólo físicas, sino también mentales, emocionales, de creatividad y sobre todo de comunicación y decisión “para que con lo que uno tiene pueda disfrutar y encontrar total placer en una mirada, un beso, un olor y hasta poder disfrutar el ver disfrutando”.

En el mercado, además, ya empezamos a encontrar artículos como juguetes sexuales adaptados o IntimateRider , una  silla móvil diseñada para ofrecer un movimiento natural de oscilación en las relaciones sexuales de personas con discapacidad física y movilidad reducida.

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