El sistema circulatorio es el motor principal del cuerpo humano, ya que sin él la sangre no bombea al resto del cuerpo.
La sangre es el vehículo que hace posible que los nutrientes, el oxígeno y demás sustancias lleguen a los huesos y músculos.
A partir de esto, es que siempre se recomienda ser cuidadoso con esta área del cuerpo, que puede verse afectada por distintos factores; siendo el más común de ellos el sedentarismo, la obesidad y malos hábitos alimenticios.
No obstante, hay otro enemigo silencioso que pone en riesgo al sistema circulatorio y son las drogas.
Estas sustancias ilícitas, no solo son un problema para gobiernos de todo el mundo, dada su ilegalidad y las tasas de delincuencia que provoca.
Para los médicos también son un rival, puesto que cada año millones de personas luchan con sus adicciones, además de batallar con las graves consecuencias que dejan en la salud.
Lamentablemente, los esfuerzos parecen no ser suficientes debido a la cantidad de muertes que deja el consumo de drogas.
Ahora bien, este artículo está destinado para que no solo te informes sobre los peligros de las drogas, sino para que sepas cuáles son esas sustancias permitidas que seguramente consumes y perjudican lentamente el sistema circulatorio.
Las drogas vs. El sistema circulatorio
Las drogas son las causantes de la destrucción de órganos, arterias y las funciones cognitivas. De hecho, los científicos afirman que estas son las culpables de la muerte masiva de neuronas.
Cabe destacar, también están relacionadas con el diagnóstico de enfermedades mentales, como la bipolaridad, demencia, depresión y esquizofrenia.
La cocaína, marihuana, anfetaminas, LSD y la heroína son las sustancias más peligrosas para la salud humana.
Lo que pocos toman en cuenta, es que hay otros componentes que son socialmente aceptados, pero que siguen siendo nocivos.
Por consiguiente, hay que acotar que son igualmente tóxicos, por lo que en altas dosis pueden ser letales.
Hay que resaltar que “las sustancias políticamente aceptadas” casi siempre se encuentran en refrescos, energizantes y estimulantes.
Las drogas más nocivas para el sistema circulatorio
La marihuana, la cocaína y las anfetaminas pueden causar ciertos efectos en el cuerpo humano, como el cambio en la temperatura, infartos por trombosis, edema agudo de pulmón y dependencia.
En el peor de los casos el consumo desmedido termina provocando arritmias, infartos por vasoconstricción o vasoespasmos y muerte súbita.
Por consiguiente, los efectos cardiovasculares son terribles especialmente en pacientes jóvenes con poca elasticidad en un corazón aún sin las defensas necesarias.
Cocaína
La cocaína es posiblemente la droga dura de mayor consumo en el mundo, que junto a sus derivados más destructivos como el crack, causan miles de muertes anuales.
Respecto a su efecto en el sistema cardiovascular, producen una reacción como consecuencia de la activación del sistema nervioso simpático.
Además, el alto porcentaje de adrenalina puede subir aún más, sobrepasando hasta cinco veces el nivel aceptable.
Como consecuencia, se le asocia a una taquicardia desmedida, la vasoconstricción y la elevación de la presión arterial. Claramente dichos efectos dependen de la dosis tomada; así como de otros factores como los antecedentes de cardiopatías en familiares.
Asimismo, puede causar un infarto al miocardio, y según los análisis previos es por causa de la falta de oxígeno, la formación de coágulos o la combinación de los fenómenos ya señalados.
Extasis
Lo que provoca en el sistema circulatorio es muy parecido a los efectos de la cocaína.
El éxtasis es responsable de la liberación de la noradrenalina, dopamina y serotonina, hormonas propias del sistema nervioso central.
Por consiguiente, los consumidores de esta sustancia tienden a sufrir taquicardia, vasoconstricción y elevación de la presión arterial.
Cannabis o marihuana
Posiblemente la droga que en los últimos años ha ganado mayor “aceptación” en el mundo; a tal punto que actualmente es legal en muchas naciones o estados de las mismas.
En cuanto a sus resultados, dependen en gran medida de la dosis consumida.
Si es poca la dosis, entonces habrá taquicardia y aumento del gasto cardiaco; mientras que las dosis elevadas ocasiona bradicardia e hipotensión.