Por cada persona buena que hay en el mundo, hay otras que tiran por tierra esa esperanza de confiar en el ser humano. Este es el caso de Carrod, una mujer que se hizo cargo de las finanzas de un adolescente con discapacidad que se encontraba a su cargo.
Sin embargo, la mujer no usó el dinero del joven en cubrir sus necesidades, sino que comenzó a despilfarrarlo en sus propios gastos y lujos, según publica la web Viralistas.
Una amiga del joven, Sophie Hill, fue quien se dio cuenta de lo que estaba haciendo la mujer con su cuenta, quien la acusó de estar malgastando el dinero del joven.
“Carrod recibió capacitación sobre lo que se le permitía y no se le permitía hacer con el dinero. A pesar de esta capacitación, Carrod usó miles de dólares del dinero del adolescente para sus propios fines y los de su familia”, cuenta al respecto Sophie.
Durante los dos años que la mujer tuvo acceso a sus cuentas, esta se gastó enormes cantidades de dinero en comidas en restaurantes, artículos de hogar, compras, retiro en efectivo y muchas compras más que hicieron un total de 16.500 euros.
La mujer se declaró culpable
Cuando se destapó la estafa, la mujer no tuvo más remedio que declarase culpable de fraude por abuso de cargo. De hecho, su esposo también fue acusado pero salió en libertad al no haber pruebas suficientes que lo asocien con el caso.
El abogado del joven con discapacidad, David Singh, declaró que «Carrod acepta que ha habido un terrible abuso de confianza y una completa mala administración del dinero del demandante y que la gran mayoría de las transacciones financieras no deberían haber ocurrido. Es muy poco probable que alguna vez pueda volver a trabajar en un papel de crianza o de cuidado”.
Ante esta tesitura, la mujer fue enviada a prisión durante ocho meses y se le ordenó a completar 240 horas de ayuda social. “En general, su conducta fue codiciosa y cínicamente insensible. Se presenta ante el tribunal como una mujer completamente deshonesta que se aprovechó de ese joven para sus propios fines”, alega el juez del caso, Paul Thomas.
Durante los dos años que este joven con discapacidad estuvo bajo cargo de la mujer, se creyó todo lo que aparentaba esta ladrona de guante blanco, que le dejó la cuenta prácticamente sin todos sus ahorros y con la sensación de haber sido engañado por alguien a quien le depositó toda su confianza.