Por primera vez en el mundo se ha realizado un trasplante de vértebras humanas. El Instituto ortopédico Rizzoli de Bolonia es donde se ha realizado dicha proeza.
Al paciente, de 77 años, se le había diagnosticado un tumor en los huesos y corría el riesgo de la parálisis y la muerte. Sin embargo, dicho trasplante le ha salvado la vida.
Cordoma, nombre que recibe lo que tenía el paciente, es un tumor óseo cancerígeno que aparece sobre todo en la columna vertebral o en la base del cráneo. En este tipo de cáncer las vértebras quedan carcomidas y tienden a romperse.
Aunque la noticia ha salido a la luz ahora, tal y como informa ABC, la operación tuvo lugar el pasado 6 de septiembre. En la cirugía llevada acabo una parte de la columna vertebral fue sustituida por cuatro vertebras humanas.
Alessandro Gasbarrini, director de Cirugía vertebral del equipo de Rizzoli, ha explicado la intervención. «El paciente se estaba paralizando y hubiera tenido que enfrentarse a dolores que ni siquiera la morfina hubiera podido calmar. Es lo peor que le puede ocurrir a una persona que ni siquiera sabe cuánto tiempo vivirá.», aseguraba.
«Los médicos que le hacían la radioterapia tenían una exigencia: Eliminar el tumor, es decir, las vertebras, pero sin tener que poner injertos de metal para cubrir la médula porque la radioterapia no hubiera sido eficaz», añadía.
El paciente le debe la vida al equipo médico de Rizzoli.
Un resultado excelente
«Después de tres días de la operación pudo ponerse en pie», destacó el doctor Gasbarrini. 40 días después de la operación, los médicos han asegurado que el paciente «se encuentra muy bien».
El hecho de reconstruir la columna vertebral de la «forma más similar a la conformación natural es lo que hace la diferencia en el largo plazo», explicó Gasbarrini.
Reemplazar el tejido humano con tejido humano generalmente es lo mejor para el cuerpo, aunque siempre no se puede recurrir a esta opción. Por eso, hay veces, que se recurre a implantes de materiales artificiales
Un mes en el hospital
El paciente estuvo un mes en el hospital. Quince días después del injerto, el paciente comenzó fisioterapia y está «en condiciones de tener una vida lo más normal posible. Ya está en casa con sus seres queridos. Esta operación le ha salvado la vida», aseguraba el doctor.