El sodio es un nutriente de vital importancia para el organismo, ya que participa en una serie de funciones fundamentales del cuerpo. En concreto, es fundamental para mantener el equilibrio acidobásico, la transmisión de impulsos nerviosos, el volumen plasmático y el funcionamiento normal de las células.
Así, es necesario contar con unos niveles de sodio equilibrados. Un exceso de este nutriente puede tener unas consecuencias graves para la salud, principalmente porque provoca un aumento de la hipertensión arterial y supone un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, los niveles de sodio demasiado bajos también son perjudiciales para la salud. Por lo tanto, es conveniente establecer un equilibrio, principalmente a través de la alimentación.
Recomendaciones de la OMS
La principal fuente de sodio en la alimentación es la sal, aunque también puede proporcionar este nutriente el glutamato de sodio, un condimento que se utiliza en cocina en diferentes partes del mundo. Además, debemos tener en cuenta que prácticamente todos los alimentos contienen una proporción de sodio entre su composición.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) pretende concienciar a la sociedad sobre la importancia de limitar el consumo de sal en la alimentación, para evitar un exceso de sodio en sangre.
Concretamente, la OMS recomienda en personas adultas sanas consumir menos de 5 gramos (algo menos que una cucharilla de té) de sal al día. En el caso de los niños, esta institución aconseja ajustar la ingesta de sal de forma diaria a la baja.
«Toda la sal que se consume debe ser yodada, es decir ‘enriquecida’ con yodo, lo cual es esencial para un desarrollo sano del cerebro del feto y del niño pequeño así como para optimizar las funciones mentales en general», explican desde la OMS.
Tomar menos de 5 gramos al día de sal ayuda a reducir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, así como las probabilidades de desarrollar un accidente cardiovascular e infarto de miocardio.
Niveles bajos de sodio
Algunas personas que presentan determinadas enfermedades, de riñón, hepática o cardiovascular, necesitan limitar al máximo el consumo de sal durante las comidas, ya que un exceso de sodio puede ser altamente perjudicial. Además, debemos tener en cuenta que un exceso siempre es más perjudicial que una deficiencia, en este caso.
No obstante, los niveles demasiado bajos de sodio en sangre también entrañan una serie de problemas de salud que es conveniente evitar. Este fenómeno se conoce como hiponatremia. Principalmente ocurre por un descenso importante de sodio en el organismo o un aumento considerable de agua.
Ante un episodio de hiponatremia, es habitual que aparezcan síntomas con confusión, letargo, convulsiones o alteraciones de la personalidad. En situaciones excesivas, puede causar coma o incluso la muerte del paciente.
Los niveles de sodio bajos en sangre es algo que ocurre con mayor frecuencia en personas mayores que toman determinados medicamentos.
Ante una afección de hiponatremia existen diferentes tipos de tratamientos, basados principalmente en tomar medicamentos que aumenten los niveles de sodio, modificar la ingesta de agua durante el día, establecer cambios en el consumo de sal durante la dieta o incluso tratar la enfermedad subyacente de esta problemática.