El síndrome de Asperger es un trastorno del desarrollo que se incluye dentro del espectro autista (TEA). Este, afecta a la interacción social recíproca, la comunicación verbal y no verbal, una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento así como poseer campos de interés estrechos y absorbentes, según la Confederación Asperger España.
Tal es el caso de Greta Thunberg, la joven activista que padece dicho trastorno y que se está volviendo viral por sus increíbles discursos sobre el cambio climático. En su reciente intervención en la Cumbre sobre el Cambio Climático eclipsó a lideres como la canciller Angela Merkel o el presidente francés, Emmanuel Macron.
«Tengo Asperger y eso significa que a veces soy un poco diferente de la norma. Y ser diferente es un superpoder», sentenciaba Greta Thunberg en un tuit el pasado 31 de agosto.
En cuanto a los síntomas del trastorno, se le conoce como el ‘síndrome invisible’ porque no representa ningún rasgo físico, tampoco intelectual, ya que estas personas tienen una inteligencia normal y en algunos casos hasta superior a la media.
El síntoma más distintivo de Asperger es el interés obsesivo en un objeto o tema único hasta el punto de llegar a excluir cualquier otro. Es por ello que quieren saberlo todo sobre ese tema en concreto. Otra característica es que son muy literales, por lo que en muchas ocasiones no captan las bromas, dobles sentidos, chistes, metáforas o sarcasmos.
Asimismo, les cuesta adaptarse a los cambios y a la hora de reconocer y comprender reglas sociales, como ya puedan ser esperar turno, saludar, dar las gracias o simplemente guardar la distancia física, por lo que a veces pueden comportarse de forma extraña sin darse cuenta.
Tampoco existe un tratamiento estándar para poder lidiar con el síndrome, sin embargo, con el apoyo y los servicios adecuados, las personas con Asperger pueden aprender a desarrollar sus fortalezas.