El calcio es uno de los minerales fundamentales para el correcto funcionamiento del organismo. Entre otras cosas, se trata de un nutriente esencial para formación y mantenimiento sano de huesos y dientes, circulación sanguínea, contracción muscular y para transmitir mensajes nerviosos desde el cerebro a otras partes del cuerpo.
Hay que tener en cuenta que el cuerpo humano tiene la capacidad de controlar con precisión la cantidad de calcio presente en las células y en la sangre, para mantener unos niveles idóneos de este mineral.
Así, según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, para mantener unos niveles de equilibrio en el organismo es necesario consumir un mínimo de entre 1.000 mg y 1.500 mg de calcio. de forma diaria.
No obstante, tanto un exceso como la deficiencia de este nutriente en sangre puede provocar diferentes perjuicios a la salud. En este sentido, la hipocalcemia surge cuando los niveles de calcio en sangre son demasiado bajos; mientras que la hipercalcemia es un trastorno que surge cuando los valores de este mineral son excesivamente altos.
¿Qué problemas provoca la hipocalcemia?
La mayor causa de contar con niveles demasiado bajo de calcio en el organismo es que se pierda demasiada cantidad de este nutriente a través de la orina o que el calcio no se desplaza en el volumen adecuado por la sangre hacia los huesos.
Si bien, desde ‘Salud Mapfre‘ enumeran otro tipo de factores que pueden conllevar a desarrollar hipocalcemia:
- Deficiencia de vitamina D.
- Insuficiencia renal.
- Concentración baja de la hormona paratiroidea o ausencia de glándulas paratiroideas al nacer.
- Concentración baja de magnesio.
- Ingesta baja de alimentos ricos en calcio.
- Tomar determinados medicamentos, como la rifampicina, anticonvulsivos, calcitonina, cloroquina o corticoesteroides.
Así, contar con niveles bajos de calcio durante un largo periodo de tiempo puede tener consecuencias negativas para la salud de gran consideración. En este sentido, la piel tiende a volverse más seca y escamosa, las uñas se quiebran con mayor facilidad y aumenta el riesgo de calambres musculares.
Además, la hipocalcemia también afecta a la salud del cerebro, generando síntomas de falta de memoria, confusión, delirio, ansiedad e incluso depresión. No obstante, los expertos explican que estos síntomas desaparecen una vez que se restablecen los niveles normales de calcio.
Consecuencias de los niveles alto de calcio
Cuando la entrada de calcio a la circulación sanguínea supera la excreción de este mineral, se produce un fenómeno conocido como hipercalcemia. Las causas más comunes que dan lugar a esta situación son el hipertiroidismo primario y la malignidad.
Si bien, los niveles elevados de calcio también pueden ser un hecho provocado por un aumento excesivo de los niveles de vitamina D. Además, las células de diferentes tumores también pueden incrementar la concentración de calcio en sangre.
Igualmente, en algunos trastornos óseos, como la enfermedad de Paget, también se genera un aumento de los niveles de este mineral en el organismo. Y es que en esta patología el hueso se destruye y provoca una liberación del calcio en la sangre.
Algunos síntomas leves de los niveles altos de calcio en sangre son el dolor abdominal, inapetencia, estreñimiento, náuseas, vómitos y aumento de la micción. Además, cuando la hipercalcemia es grave puede provocar arritmias, debilidad muscular delirio o disfunción cerebral.