La paz interior es uno de los deseos más grandes del ser humano, que desde el principio de los tiempos ha sido objeto de estudio por los grandes filósofos y pensadores.
Hallar la armonía mental y espiritual, posiblemente sea una de las tareas más difíciles de lograr, especialmente si se tienen en cuenta el estrés al que se está sometido en la actualidad.
Adicionalmente, este aspecto está ligado a la salud física, pues cuando una enfermedad aparece puede ser producto de afecciones que no se ven pero están íntegramente en el alma.
En el budismo y el hinduismo, dos corrientes espirituales más no religiones, veneran la paz mental como principio activo para estar en armonía con el universo.
De igual forma, esto es relacionado con la felicidad que se pueda tener al momento de afrontar la vida y disfrutar de cada detalle que la misma ofrece.
¿Por qué es importante la paz interior para la salud mental?
Contrario a lo que se creía anteriormente, la paz interior no tiene que ver ni se logra mediante agentes externos, ya que esta es producto de cómo apreciamos la vida y la forma en que se decide proyectarse en ella.
Mantener la calma puede ser una labor cuesta arriba, considerando las responsabilidades familiares, laborales y personales a los que se está expuesto.
Adicionalmente, está la presión de ser exitoso y socialmente aceptado.
Generalmente, hallar la paz interior es una búsqueda que implica la cooperación única y exclusivamente del yo.
De igual forma, requiere la reorganización de prioridades y saber alejar los aspectos negativos que puedan empañar el proceso.
Por otra parte, la paz interior es importante porque forma parte de los principios fundamentales para mantener la salud mental.
¿Por qué cuidar la salud mental? Para evitar la aparición de enfermedades que empañen el normal funcionamiento de la vida diaria, y que a su vez complican las relaciones con el entorno más cercano.
Obstáculos de la paz interior
El perfeccionismo es una cualidad que si bien es un impulso para ser cada día mejor; no obstante a veces puede generar malestar de insuficiencia.
Sumado a esto muchas personas le temen a la soledad, lo cual no solo crea dependencia hacia terceros, sino que impide desligarse de persona que poco aportan y más bien restan.
El autosabotaje también evita hallar la paz interior y por ende se tiende a complicar asuntos sencillos.
Adicionalmente el estrés en algunas ocasiones es abrazado como estado normal del ser humano, sin tomar en cuenta que más bien afecta la salud tanto física como mental.
Otro factor que aleja la paz interior de los individuos, es el compararse con otras personas. Acciones de este tipo afectan la visión que se tiene sobre uno mismo y destruyen la autoestima.
Datos para lograr la paz interior
Aunque no es un manual, la paz interior puede ser hallada bajo ciertos parámetros que ayudan a encontrar la felicidad; motivo por el cual la salud mental es importante.
Menos preocupación
Las preocupaciones son un agente de distorsión y de perturbación mental. En línea general es imposible no estar preocupado por el ahora y el futuro, por lo cual la tensión interna aumenta y provoca estados de estrés e incluso ansiedad.
En relación a esto, debe quedar claro que preocuparse no es una solución ante las adversidades, mas ocuparse si arregla cualquier percance.
Por ello hay que cambiar el enfoque y ocuparse en lugar de preocuparse.
¿El motivo? Evita la sensación de estar en un pozo sin fondo y mantiene lejos los trastornos mentales.
Recuerda que la eficiencia es la base de la solución a cualquier problema.
Respiración
La respiración es una función innata que permite la existencia humana. Si bien es una acción biológica que tiene su explicación científica, también ayuda a lograr la calma ante la ansiedad.
Se recomienda que cuando se esté bajo mucha tensión, ansiedad o al borde de un colapso por no saber qué hacer, se realicen respiraciones profundas y diafragmáticas.
En relación a esto, se ha demostrado que la práctica induce el cuerpo a un estado de calma e incluso despeja la mente; permitiendo la visualización de ideas con claridad.
No obstante, la respiración no debe ser usada como un salvavidas contra el estrés, sino hacer de esto un hábito.
Se recomienda que en algún punto de día, se dediquen 10 minutos a la respiración profunda.
Positivismo
La queja, el negativismo o los malos pensamientos dan una visión errada de la vida y conviertan a cualquiera en una nube negra ambulante.
Mirar la vida más que positivamente, sino de forma objetiva y con inteligencia emocional, ayuda a visualizar las cosas buenas, las oportunidades, recursos y hasta como sobreponerse a las adversidades.
Persistir con una actitud de este tipo termina, convirtiéndose en un hábito que es percibido por amistades y familiares, quienes no dudarán en copiar el ejemplo.
Agradecimiento
Valorar lo que tenemos y lo vivido sea bueno o malo es un fundamento de la paz interior.
La gratitud es una cualidad cultivada es sociedades como la japonesa, donde se visualiza cada oportunidad o suceso como una oportunidad para crecer y ser la mejor versión de sí mismos.
Ser agradecido permite enumerar las razones por las cuales se está vivo, así como darle sentido a la existencia.
Amor al entorno
Estar rodeado de seres que brindan luz es una de las experiencias más bonitas que se pueden palpar. Construye vínculos valiosos, que aporten cosas positivas y que a su vez prevalezcan en el tiempo.
Libérate de lo que no te corresponde
Las cargas ajenas representan un obstáculo del cual hay que desligarse para el bienestar propio y hallar la paz interna.
Es importante aprender a diferenciar lo que corresponde a uno y lo que no.
Sentimientos propios de la paz interior
Hay sentimientos que alimentan la paz interior y a su vez ayudan a cuidar la salud mental. La ilusión es una de esas emociones, pues basta tener un poco de ella para apreciar los pequeños detalles y tener un motivo para vivir.
Igualmente, la comprensión evita que se juzgue a otros y a uno mismo de forma negativa y radical.
Además, mantener la esperanza genera una sensación de fuerza ante las situaciones adversas. Junto a esto hay que cultivar la paciencia, ya que las cosas marchan al ritmo que deben marchar.
Finalmente, el perdón permite sanar y cerrar ciclos, que si bien pudieron ser dolorosos deben ser vistos como una enseñanza.
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