Chris Pratt se ha convertido en una de las estrellas más rentables de Hollywood. Sin embargo, llegar a la cima del éxito, ha sido una dura tarea para el actor de las películas de “Jurassic World” y “Guardianes de la galaxia”. De hecho, ha tenido que recurrir a una milagrosa dieta para aparecer en la pantalla grande.
El actor señaló en una entrevista para la revista Men’s Health su secreto para lograr adelgazar 36 kilos en tan solo seis meses. Y es que durante su etapa en “Parks and Recreation”, Pratt llegó a pesar 136 kilos por exigencias del guion. Podía comerse cuatro hamburguesas en cada lectura de texto de la comedia estadounidense.
“Terminó convirtiéndose en una especie de juego: engordar lo máximo en el menor tiempo posible”, revela el actor en la entrevista de hace un par de años. Y así, comiendo mucha grasa llegó a pesar más de 100 kilos: “Tenía 31 años y estaba fatigado y emocionalmente deprimido. Tenía serios problemas de salud que me estaban afectando”, agregó. Afortunadamente, logró perder todo lo que subió, aunque no fue una tarea fácil.
¿Cuál es la milagrosa dieta de Chris Pratt?
Para el casting de “Moneyball: rompiendo las reglas, le dijeron que no podía interpretar a un jugador de beisbol, por lo que decidió dar un giro a su alimentación. “Fue la primera vez que oí a alguien decirme que no me seleccionaba por estar demasiado gordo”, contó Chris Pratt. Fue en ese momento que se puso manos a la obra y perdió 36 kilos en 6 meses y consiguió dicho papel, además del papel de Star-Lord en “Guardianes de la Galaxia”.
DIETA Y ENTRENAMIENTO
En tan solo seis meses, el intérprete pasó de los 136 kilos a los 100, y desde entonces se mantiene en los 90 kilos. ¿Y cómo lo hizo?
“Estuve seis meses sin probar una gota de cerveza”, explica Cris Pratt, que además de eliminar el alcohol también empezó a entrenar seis días a la semana durante 3 horas cada día con Duffy Gaver, que también entrenó a Brad Pitt, Scarlett Johansson o Channing Tatum, entre otros.
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Los entrenamientos incluían ejercicios de espalda, de pectorales, de piernas, de hombros y de brazos una vez a la semana, así como trabajo de abdominales tres veces a la semana. A diario hacía 10 minutos de cinta, sentadillas y flexiones.
Además, le sumo una estricta alimentación marcada por un nutricionista. Dejó de comer frituras, lácteos e hidratos de carbono. Su dieta consistió en el consumo de pescado, pollo y huevos acompañado de pan integral, arroz integral, verduras y cereales. Las únicas grasas que consumía eran el aceite de coco, almendras, nueces, salmón y aguacates (palta).