Los científicos no cesan en averiguar qué elementos básicos de nuestra alimentación aumentan nuestra presión sanguínea. Además, también es importante saber qué factores la alteran en mayor y menor medida. En este caso, el estudio de la Augusta University (Estados Unidos) se ha centrado en diferenciar el riesgo de presión arterial alta entre hombres y mujeres.
Es este han llegado a la conclusión que las mujeres con obesidad y una dieta rica en sal tienen más riesgo cardiovascular que los hombres. Según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por los investigadores de dicha universidad.
Esto confirmaría que, el aumento de las muertes por obesidad y enfermedades cardiovasculares en mujeres no sería más que una respuesta de su propio cuerpo hacia estos dos factores. Y habría que tratar estos dos problemas en conjunto y no por separado, ya que ambos tienen un estrecho vínculo en mujeres jóvenes con ambas características.
Por otro lado, diferenciar estos dos hechos entre hombres y mujeres es esencial para encontrar el tratamiento efectivo que frene este aumento de la presión arterial.
La obesidad y padecer enfermedades cardíacas es la tercera causa de muerte en mujeres jóvenes
La hormona sexual estrógeno, se considera una protección natural para las mujeres premenopáusicas. Esta tiene algunos poderes protectores como mantener los vasos sanguíneos más flexibles. Sin embargo, junto con las crecientes tasas de obesidad severa en las mujeres jóvenes, la enfermedad cardiaca es ahora la tercera causa principal de muerte entre la población femenina de entre 20 y 44 años
En este sentido, los investigadores han avisado de que la obesidad y el alto consumo de sal son riesgos aún mayores para las mujeres. Porque tienen niveles naturalmente más altos de dos hormonas adicionales, leptina y aldosterona. Las cuales preparan el escenario para las disparidades cardiovasculares potencialmente mortales.
«Muchos de nosotros probablemente pensamos en la leptina como la ‘hormona de la saciedad’, que envía a nuestro cerebro señales para dejar de comer cuando nuestro estómago está lleno. Pero en la obesidad, el cerebro normalmente deja de escuchar el mensaje completo, y el sistema cardiovascular de las mujeres comienza a recibir señales poco saludables», han detallado los expertos.
Y es que han demostrado que en las mujeres la leptina hace que las glándulas suprarrenales, que producen aldosterona, produzcan aún más de este poderoso constrictor de vasos sanguíneos. Al igual que la leptina, las mujeres independientemente de su peso ya tienen niveles naturalmente más altos de aldosterona. Y también sufren de glándulas suprarrenales más grandes.
La mayor producción de aldosterona en mujeres es clave en los procesos cardiovasculares
La obesidad en realidad produce mayores aumentos de presión arterial en las mujeres. Numerosos estudios indican que las mujeres también son más propensas a la disfunción vascular asociada a la obesidad. Cosas como vasos sanguíneos más rígidos, que no son tan hábiles como la dilatación.
Por otro lado, la leptina aumenta la producción del óxido nítrico vasodilatador. Este ayuda a reducir la presión arterial en ratones machos, una de las muchas diferencias cardiovasculares que están encontrando entre machos y hembras.
Las mujeres ya producen más aldosterona de lo habitual en hombres. Y la respuesta normal del cuerpo cuando se ingiere mucha sal es producir aún más aldosterona para ayudar a eliminar parte de ella. Por ello, los expertos proponen ahora que las mujeres pueden tener una capacidad deteriorada para reducir la aldosterona. Lo que las hace más sensibles a la sal, y lo que hace que a mayor consumo de sal mayor será la presión arterial en ellas.
