Los alimentos probióticos nos ayudan a mejorar nuestro sistema digestivo y a activar el funcionamiento de nuestra microbiota. Por ello es importante que los incluyamos en nuestra dieta diaria. En este sentido, es importante que los investigadores se centren en mejorar la creación de nuevos probióticos que prevengan enfermedades relacionadas con el metabolismo.
Por ello, una investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA), centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha permitido el desarrollo de un probiótico de nueva generación. Que permitirá prevenir de forma eficaz las complicaciones metabólicas de la obesidad.
Este nuevo probiótico ayudaría a reducir el apetito
El proyecto, financiado por la Agencia Valenciana de la Innovació (AVI) y donde participa el Instituto Tecnológico de la Industria Agroalimentaria (AINIA), consiste en la valorización de una bacteria aislada de la microbiota intestinal de individuos delgados. La cual se asociada a un fenotipo metabólico saludable en estudios epidemiológicos.
Patentada por el IATA por su potencial aplicación para prevenir y tratar la obesidad, el centro de investigación del CSIC pretende, en el marco de este proyecto, completar las fases de experimentación en el laboratorio. Además de optimizar los procesos de producción, antes de iniciar los ensayos en humanos previos a su comercialización.
Los estudios que se han realizado hasta la fecha ofrecen resultados prometedores porque actúa a través de dos mecanismos de acción. Por un lado, reduce el apetito. Y, por otro, normaliza las alteraciones inmunológicas asociadas a la obesidad y que, a menudo, derivan en otras enfermedades crónicas. Como la diabetes tipo 2 y las patologías cardiovasculares.
En ensayos preclínicos realizados en un modelo de obesidad, la administración de la bacteria ha demostrado ser capaz de reducir la ingesta de energía y el peso y grasa corporal. Así como las alteraciones metabólicas asociadas a la obesidad. Como la hiperglucemia y la intolerancia a la glucosa y, también, reduce la inflamación intestinal y sistémica que conduce al desarrollo de patologías crónicas.
Efectos positivos en la salud de los pacientes con obesidad
«Pensamos que esta bacteria puede tener mayor eficacia en comparación con otros productos existentes en el mercado por su múltiple modo de acción», apunta Yolanda Sanz, profesora de investigación del CSIS en el IATA. Centro que ha coordinado el proyecto europeo MyNewGut, en virtud del cual se ha generado un biobanco de bacterias intestinales humanas con potencial para mejorar la salud.
Superados los primeros seis meses de ejecución, el equipo científico ya ha demostrado la seguridad de la bacteria. Además, ha elevado la producción a escala de laboratorio y ha seleccionado un sistema de microencapsulado para mejorar su estabilidad y vida útil.
En este caso, el IATA está trabajando de forma estrecha con el AINIA, que aporta su experiencia en técnicas de microencapsulación. Un proceso importante para la comercialización del probiótico o agente bio-terapéutico porque facilitará que, tras la administración, la bacteria mantenga su viabilidad. Amplificando así su efecto.
El proyecto se alinea, además, con las conclusiones del Comité Estratégico de Innovación Especializado (CEIE) en Agroalimentación promovido por la AVI. Que propone la producción de alimentos más saludables, así como el desarrollo de alimentos funcionales capaces de ejercer una acción beneficiosa para la salud.
Este tipo de investigaciones ayudan a tener otro tipo de tratamientos, que servirían de complemento alimenticio a los tradicionales alimentos probióticos que hay en el mercado. Haciendo que ambos puedan ser totalmente compatibles.
Del mismo modo, esta iniciativa también coincide con la Estrategia de Especialización Inteligente de la Comunitat Valenciana, conocida como RIS3. Que coordina la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital. En concreto, se enmarca en la mejora de la calidad de vida mediante la promoción de la salud y sanidad eficiente, uno de los ejes prioritarios de acción del plan.