En 2022 ha entrado en vigor una nueva Ley de Mascotas en España, que recoge determinados elementos de importancia, como la inclusión de estos animales en un testamento o qué pasa con la mascota en caso de divorcio de una pareja. Actualmente, las mascotas son consideradas como un miembro más de la familia, por lo que se pueden generar ciertos conflictos en determinadas situaciones.
Desde el pasado 5 de enero de 2022, se añade una connotación jurídica a las mascotas, a las que se considera «seres vivos dotados de sensibilidad». Hasta entonces, se les trataba como «cosas» o bienes muebles. Todo ello, provoca modificaciones en relación a un testamento y también en caso de divorcio de una pareja que conviva como una mascota.
Testamento y mascotas
Hay que dejar claro que la nueva Ley de Mascotas no permite que se incorpore en el testamento a una mascota como beneficiario de bienes o patrimonio. Sin embargo, se añaden determinados elementos que permiten al dueño garantizar la protección de su mascota tras su fallecimiento.
En este sentido, si tienes una mascota siempre es recomendable hacer testamento, ya que permite establecer su destino en caso de que algún día faltemos. Así, el testador puede determinar qué persona se encargará de velar por la seguridad de su mascota tras su fallecimiento. Es decir, que se responsabilice de sus cuidados.
Puede darse el caso de que la persona destinada como heredera de su mascota no pueda hacerse cargo por diferentes circunstancias. En ese caso, la mascota pasará al órgano administrativo que tenga encomendada la recogida de animales abandonados. En definitiva, un testamento puede garantizar la protección de nuestra mascota.
¿Qué pasa en caso de divorcio?
Además de estas directrices sobre el testamento, la nueva Ley de Mascotas establece qué hacer en caso de divorcio. En muchas ocasiones, muchas parejas se separan o divorcian, provocando que la mascotas sea un foco de conflicto.
Los profesionales del ‘Idealista‘ explican que «la custodia de la mascota será un punto más a tener en cuenta en el convenio regulador en caso de separación o divorcio de la pareja, estableciendo los tiempos de convivencia con cada uno de ellos, así como las cargas asociadas al cuidado del animal».
Hasta el momento, primaba la titularidad de la propiedad del animal para adjudicarse a uno u otro cónyuge. Hay que tener en cuenta que para muchas personas su mascota es considerada un miembro más de la familia, por lo que una separación drástica puede tener consecuencias emocionales, tanto para la persona, como para la propia mascota.
En caso de que no exista acuerdo entre ambos cónyuges, la autoridad judicial tiene la potestad para ordenar las medidas a adoptar, teniendo en cuenta el interés de ambas personas y del bienestar animal. Esta situación debe dejarse por escrito en el registro de identificación de los animales.
Como conclusión, la Nueva Ley de Mascotas introduce novedades respecto a la realización de testamento, custodia de la mascota en caso de divorcio y también la imposibilidad de embargar a una mascota en caso de impagos o deudas.