Las mujeres con discapacidad tendrían que trabajar 163 días más para alcanzar el salario medio de un hombre sin discapacidad

Según el INE, el sueldo de las mujeres con discapacidad es 30,9 % menor del que percibe un hombre sin discapacidad

Mujer con discapacidad

Mujer con discapacidad

Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, PREDIF, ha denunciado la situación de especial vulnerabilidad a la que se enfrentan las mujeres con discapacidad. Y es que los salarios de las mujeres con discapacidad son, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2020:

Además, y a pesar de que una mayor inclusión laboral de las personas con discapacidad, y especialmente las mujeres, podría tener un impacto de casi 18.800 millones de euros anuales en la economía española. Esta cifra que equivale al 1,5 % del PIB, su tasa de actividad y participación en el mercado laboral sigue siendo muy baja. Además, es casi 42 puntos menos que la población sin discapacidad.

Un salario diferente entre mujeres y hombres con y sin discapacidad

Por un lado vemos que la diferencia entre tasas de actividad y paro de mujeres y hombres con discapacidad es menor. Sin embargo, como se indica, el salario que perciben respectivamente sí que varía considerablemente. Mientras que el salario medio anual bruto de los hombres con discapacidad asciende a 21.995,9 euros, el de las mujeres es de 19.237,4 euros.

Eso sí, deja claro que esta brecha aumenta en función del tipo de discapacidad y ocupación. Por ejemplo, las discapacidades sensoriales y los grupos de ocupación bajos (operadores y trabajadores no cualificados) entre los que la diferencia lo que cobran hombres y mujeres con discapacidad es más notable, sumando más de 4.000 euros anuales.

Estas desigualdades, lejos de crear un impacto únicamente en las personas con discapacidad, presentan una variedad de efectos que afectan económica y socialmente al bienestar de toda la población. Por lo tanto, su erradicación supondría una mejora en los derechos de los hombres y mujeres con discapacidad. Pero también tendría impacto en la calidad, equidad y progreso de la sociedad en general.

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