Sin duda la mascarilla es el complemento estrella de 2020. Después de casi un año haciendo uso de ella a diario, era de esperar que las grandes empresas se pusiesen manos a la obra para crear una mascarilla con tecnología. Este es el caso de esta mascarilla que es capaz de filtrar, monitorear y traducir el habla de quienes la usan.
El llamativo invento ha sido impulsado por la start-up Donut Robotics, que tiene sede en Japón. El mercado de la tecnología en Asia ha querido aprovechar el auge de las mascarillas, por lo que han decidido potenciar sus funciones para así también salvaguardar a los usuarios que la utilicen.
La popular mascarilla recibe el nombre de ‘C-Face’. Esta funciona gracias a una aplicación de smartphone que permite a la gente hablar entre sí con hasta diez metros de distancia. «A pesar del coronavirus, a veces tenemos que reunirnos cara a cara», dijo a la AFP el director de la start-up, Taisuke Ono.
Esta mascarilla es ligera, está hecha de silicona y podría ser útil para los médicos que quieren comunicarse con los pacientes desde una distancia segura, tal y como afirma la compañía. Por el momento, ‘C-Face’ tan solo puede traducir una conversación del japonés al inglés, coreano e indonesio, sin embargo, no se descarta que se le añadan nuevos idiomas próximamente.
Aún no tiene fecha concreta de salida, pero se espera que salga a la venta en febrero de 2021 por unos 4.000 yenes, que vienen siendo algo así como 40 euros. Además, su uso es exactamente igual que el de una mascarilla convencional.
La mascarilla está equipada con sensores
La empresa Donut Robotics recaudó casi un millón de euros a través de la financiación participativa y cree que el público está esperando innovaciones que puedan facilitar superar la pandemia. «Podríamos ser capaces de combatir el virus con tecnología, con sabiduría humana», observa Taisuke Ono.
Esta innovadora mascarilla está equipada con sensores que miden la temperatura corporal, el ritmo cardíaco, la presión sanguínea, el nivel de oxígeno en la sangre y envían estos datos al teléfono mediante bluetooth. Este tipo de avances podrían ayudar en gran medida al personal sanitario cuando tratan a pacientes infectados de coronavirus.
«Muchos cuidadores están en primera línea y están cerca de los pacientes cuando los examinan», explica Loh Xian Jun; uno de los científicos detrás de la innovación. «Esto representa un riesgo para la salud de las enfermeras y queríamos pensar en una forma de reducir este riesgo» permitiendo el examen a distancia, dijo a la AFP.
Por su parte, los investigadores esperan poder aprobar cuanto antes la implantación de esta mascarilla para poder comercializarla lo más pronto posible. Los creadores de ‘C-Face’ esperan que este modelo pueda entregarse a los trabajadores y todos aquellos que la necesiten.
Además, la mascarilla cuenta con un sistema de monitorización que purifica el aire, combatiendo así la contaminación en las grandes ciudades. De hecho, cuenta con un aspecto futurista debido a los dos filtros situados en cada lado de la cada y un ventilador para hacer circular el aire.