El miedo a contraer el coronavirus, también conocido como coronafobia, ha provocado un aumento de la ansiedad y el estrés entre la población, lo que está generando un aumento de los casos de bruxismo en las consultas dentales en España, tal y como advirtieron desde el Consejo General de Odontólogos.
El bruxismo se caracteriza por la alteración de los músculos de la mandíbula y estructuras adyacentes. El estrés es su principal causa, aunque hay que tener en cuenta otras patologías como la maloclusión, la asimetría esquelética, la artritis o el trastorno degenerativo e inflamatorio de las articulaciones temporomandibulares.
“La ansiedad y el estrés, provocados por el miedo al Covid-19, hacen que muchas personas aprieten y rechiten los dientes de forma inconsciente, lo que puede provocar daños importantes en los dientes”, dijo el presidente del Consejo General de Odontólogos, Óscar Castro Reino.
Asimismo, cambios en la rutina habitual con la promoción del teletrabajo, pueden generar malas posturas que acaben afectando la articulación temporomandibular (ATM) y provoquen bruxismo. «Una mala postura durante el día puede hacer que apretemos los dientes mientras dormimos. Cuanto más relajado esté nuestro cuerpo, menos tensión tendremos en la mandíbula», agregó Castro.
Para conocer el origen y grado de gravedad de esta patología, el presidente de la organización colegiada ha aconsejado acudir al dentista ante los primeros síntomas, que suelen ser dolor de cabeza y de cuello, molestias en los músculos de la cara, desgaste dentario y estallidos. sonidos al abrir o cerrar la boca.
Tratamiento bruxismo
El tratamiento más habitual para abordar el bruxismo es el uso de una férula de choque para dormir, con el objetivo de reposicionar los cóndilos y relajar progresivamente los músculos. Al mismo tiempo, reduce la tendencia a apretar los dientes y evita que se desgasten.
Los analgésicos y antiinflamatorios también reducen las molestias típicas de esta patología. La cirugía solo se recomienda en casos extremos. Asimismo, realizar ejercicios de corrección postural, seguir hábitos alimentarios saludables y practicar actividad física con frecuencia ayudará a reducir el estrés y evitar el bruxismo.