Le tiene que dedicar muchas horas al día, pero lo hace con gusto. Ese esfuerzo, disciplina y ejercicio de superación personal son los factores que han alzado a Kyle Landi como el primer culturista canadiense con síndrome de Down en competir en esta modalidad deportiva. A pesar de su juventud, este ya reputado deportista ha alcanzado importantes hitos y medallas que copan su vitrina, repleta de trofeos; también ha sido reconocido por importantes estrellas, como Arnold Schwarzenegger, que le mostró su admiración; sin embargo, el mayor logro de Landi ha sido su tenacidad para romper las barreras sobre el colectivo de la discapacidad en el deporte, fomentando la participación y la inclusión de estas personas.
Kyle Landi nació con síndrome de Down, que es una condición genética causada por la presencia de un cromosoma extra en el par cromosómico 21, por lo que también es conocida como trisomía del 21. No obstante, esta discapacidad con que convive de manera congénita no le ha supuesto obstáculo alguno para estar inmerso en el sector del culturismo, una exigente práctica deportiva que pone a prueba la musculatura de los participantes a través del levantamiento de grandes cantidades de peso. De este modo, la revista Men´s Health ha subrayado que la primera vez que este joven canadiense participó y ganó en una competición deportiva de culturismo fue en ‘Pure Muscle‘, lo que causó una grata sensación a nivel internacional: «Estamos sobrecogidos con el amor y el apoyo que han mostrado a Kyle y a nuestra familia«, expresaba su entorno más cercano.
Deporte y discapacidad
Las personas con discapacidad están definidas por su excelente capacidad para lograr aquello que se propongan. Kyle Landi, en este sentido, es un ejemplo más del amplio espectro de deportistas que se han convertido en referentes de este colectivo a través de una importante dosis de disciplina, dedicación y esfuerzo, lo que deriva en una grata sensación de satisfacción y de superación personal. Por tanto, para conseguir hitos importantes a lo largo de una carrera deportiva, Landi es consciente de que tiene que trabajar intensamente para trabajar todos sus grupos musculares, que se ponen a prueba en cada entrenamiento y competición en la que participa. Para este joven atleta canadiense con síndrome de Down, el compromiso no es negociable, demostrando que la discapacidad no es incompatible con el deporte. Ni mucho menos.
En este sentido, Landi compagina sus arduas e intensas sesiones de entrenamiento con su papel como referente para las personas con discapacidad en el sector del deporte. Lo hace a través de sus redes sociales, donde tiene una importante comunidad que sobrepasa los trescientos ochenta mil seguidores y comparte sus rutinas de ejercicio, éxitos deportivos y preparación para competir en diferentes pruebas a nivel internacional. Tal es su relevancia y su impacto dentro del culturismo que la puesta en escena de Kyle Landi llamó la atención de personas reputadas en este ámbito, como es Arnold Schwarzenegger, una leyenda que le mostró su total admiración y le invitó a participar en Arnold Classic, su propio evento de culturismo: «Durante años, Arnold ha predicado en su mensaje que el ejercicio es para todos y, este fin de semana, Kyle demostró que realmente lo es«, escribió la agencia del actor en redes sociales.
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La confianza que el joven Landi tiene en sí mismo cobra una importancia sideral a la hora de enfrentarse a cualquier entrenamiento o maquinaria pesada, pero, sin duda, también es una inyección de moral ante la propia vida y las barreras que tiene estigmatizadas para las personas con discapacidad, algo que este deportista ha sabido esquivar con su síndrome de Down. Por tanto, Kyle demuestra tener su objetivo bien definido, alejado de todo tipo de excusas y prejuicios, centrado únicamente en rendir bien en el deporte: «Cada pose, cada repetición, cada gota de sudor: todo es parte del camino hacia la grandeza«.
Fomentar la inclusión
El término ‘inclusión‘ es un concepto muy arraigado a nuestra sociedad actual en términos teóricos, pero cuya aplicación práctica todavía está lejos de los estándares ideales. Los propios expertos y voces autorizadas dentro del colectivo de la discapacidad creen que, efectivamente, se ha avanzado notablemente en medidas inclusivas, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Para ello, ejemplos de superación y disciplina como el de Kyle Landi evidencian el potencial y la enorme capacidad de esta comunidad para lograr los objetivos que se propongan o, al menos, para intentarlo. Landi, a través del síndrome de Down, ha roto barreras, ha eliminado prejuicios y ha esquivado cada mirada que escondía un pensamiento de que no lo iba a lograr. Lo ha logrado.

Por tanto, el ejemplo y el tesón de Landi permiten deducir que la condición genética de síndrome de Down con la que nació nunca le ha detenido, sino que le ha impulsado para siempre tratar de mejorar y rendir de la mejor manera en el culturismo, modalidad deportiva que practica y ya le ha dado grandes alegrías. Del mismo modo, también ha logrado obtener el respeto y la admiración de todos los públicos, que ya no ven en él una persona con discapacidad, sino a un auténtico campeón de la vida, capaz de sobreponerse a la debilidad y haciendo gala de que ‘quien quiere, puede‘.
