¿Tienes un amigo con intolerancia a lactosa? La incapacidad para digerir la lactosa, la cual es un tipo de azúcar, es uno de los padecimientos gastrointestinales más comunes de la década.
Se caracteriza por ser producto de una carencia de la enzima lactasa, trayendo como consecuencia retorcijones abdominales y diarrea.
¿Qué es la lactosa?
Es el azúcar que está presente en mayor cantidad en la leche y productos lácteos en general. A su vez, esta es descompuesta por una enzima que se produce en el revestimiento del intestino delgado, es decir, la lactasa.
En lo tocante a esto, la lactasa se encarga de dividir la lactosa en glucosa y galactosa, para que puedan ser absorbidos por la pared intestinal y posteriormente irse por el torrente sanguíneo.
Asimismo, cuando no se segrega suficiente lactasa, la lactosa aloja líquido en el intestino delgado produciendo la temida diarrea.
Posteriormente la lactosa invade el intestino delgado, fermentándose por la acción de bacterias y produciendo gases, hinchazón y cólicos abdominales.
No obstante la lactasa está presente en los recién nacidos; mermando su producción cuando los niños dejan de ser amamantados.
De acuerdo a datos demográficos, los latinoamericanos, asiáticos y africanos tienden a ser menos tolerantes a la lactosa. Caso contrario a quienes provienen del norte de Europa, pues por lo general presentan menos intolerancia, ya que, producen lactasa casi toda su vida.
Es importante señalar que las infecciones intestinales causan una intolerancia a la lactosa temporal; por ende es importante saber diferenciar una cosa de la otra.
Niños, tratamientos, diagnóstico y algo más
Para poder diagnosticar la intolerancia a la lactosa, se realizan observaciones objetivas sobre los síntomas que presenta el paciente; específicamente después de consumir productos lácteos.
Generalmente el test para confirmar o descartar esta condición es la prueba de hidrogeno aspirado.
En cuanto a los tratamientos, se suele administrar suplementos con la enzima lactasa y dejar de lado la lactosa, más que todo en los productos lácteos.
Igualmente los niños pequeños pueden consumir leche hipoalergénica. A partir de los 3 años, está permitida la ingesta de leche sin lactosa u optar por leches vegetales.
Finalmente, es importante reseñar que la alergia a la leche de vaca, es totalmente diferente a la intolerancia a la lactosa.
Este tipo de condición permite digerir la leche, sin embargo el organismo muestra una respuesta del sistema inmunitario, ya que, las proteínas del lácteo causan esta reacción.
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