El acceso a la jubilación es un aspecto clave en la vida de cualquier persona. Sin embargo, para muchos trabajadores, el paso de una vida laboral activa a la jubilación puede ser demasiado brusco. En este sentido, algunos expertos recomiendan realizar una preparación emocional de cara a la jubilación.
En los últimos años, el Gobierno de España está comenzando a aplicar medidas para impulsar una jubilación progresiva y flexible en los trabajadores. Se trata de un aspecto que puede ser de gran ayuda para muchos ciudadanos en España.
Preparación emocional en la jubilación
Desde el Instituto Santalucía, junto a la experta Bárbara Rey Actis, han analizado la importancia de realizar una preparación emocional de cara a la jubilación. Y es que el paso de una vida laboral activa puede tener consecuencias para el ciudadano en cuestión y, también, para su entorno.
Por lo general, se hace un especial hincapié en la preparación económica para la jubilación. Es decir, haber trabajado lo suficiente para tener una pensión contributiva de jubilación con una cuantía solvente o contar con ahorro privado para disfrutar durante esta etapa de la vida.
Sin embargo, los expertos del Instituto Santalucía advierten que «hay muy poco foco puesto en qué va a pasar a partir del día siguiente a nuestro retiro, cuando ya no suena el reloj pronto, cuando ya no tenemos que salir para ir a nuestro puesto de trabajo, cuando deja de sonar el teléfono y cuando nos enfrentamos a una agenda vacía. Por eso, era muy importante hacer un informe que abordara esta necesidad de prepararnos, no solo financieramente, sino también emocionalmente, para que podamos disfrutar plenamente de todo nuestro periodo«.
De este modo, la experta Bárbara Rey Actis ha elaborado un informe denominado ‘Preparación emocional para la jubilación’. Así, explican que es necesario comenzar esta preparación emocional varios años antes de acceder a la jubilación.
Cómo prepararse para la jubilación
Además de contar con una preparación financiera adecuada, desde el Instituto Santalucía resaltan la importancia de prepararse emocionalmente de cara a la jubilación. Para ello, es necesario centrarse en determinados aspectos:
- Hacernos determinadas preguntas.
- Visualizar poco a poco cómo será el nuevo día a día.
- Entender cómo está conformado nuestro entorno más cercano. A partir de ahí, analizar posibles actividades a realizar tras la jubilación, dónde vivo o con quiénes me relaciono.
Realizar una preparación emocional previa puede ayudar a los trabajadores, entre otras cosas, a optar por una jubilación progresiva o por una jubilación completa desde el primer momento que sea posible.
Muchas personas sienten un gran apego por su trabajo y las actividades propias del día a día. Por ello, la jubilación puede suponer un impacto psicológico muy importante para este tipo de trabajadores.
Al respecto, desde el Instituto Santalucía aseguran que «hay estudios que dicen que hay una relación muy simbiótica entre la identidad de las personas y su trabajo. Es decir, hay muchas personas que se definen y se identifican a sí mismas solamente por su profesión y por su tipo de trabajo. Cuando le arrancas eso a la persona, eso se vive literalmente como un desgarro y esa es la necesidad de prepararse, de encontrar qué cosas podemos hacer más allá de nuestro trabajo».