La discapacidad auditiva consiste en un déficit total o parcial en la percepción del sonido, que se evalúa por el grado de pérdida de la audición en cada oído. Este tipo de discapacidad se presenta como invisible, pues no tiene características físicas evidentes. Existen dos tipos diferentes de discapacidad auditiva:
- Hipacusia: Disminución de la capacidad auditiva que permite adquirir el lenguaje oral por la vía auditiva
- Cofasis (sordera): Pérdida total de la audición y el lenguaje que se adquiere por vía visual.
El lenguaje es lo que permite a los seres humanos comunicarse a distancia y a través del tiempo. De esta manera, es la principal vía por la que los niños aprenden y desempeña un papel fundamental en el pensamiento y el conocimiento de las personas.
Según los datos expuestos por la OMS, de los 360 millones de personas que padecen algún tipo de discapacidad auditiva, 183 millones (el 56 por ciento) son hombres y 145 millones (el 44 por ciento) mujeres; 32 millones son niños menores a 14 años. De los 328 millones de adultos, 165 son personas de más de 65 años. De hecho, según el estudio, de cada tres personas mayores de 65 años una sufre algún tipo de deficiencia auditiva.
Los problemas de audición pueden variar de leves a profundos. Las personas con problemas de audición pueden utilizar una serie de estrategias y equipos que incluyen el habla, la lectura de labios, las notas escritas, implante cocleares, audífonos o intérpretes de lengua de signos.
Clasificación y causas de la discapacidad auditiva
La discapacidad auditiva podría clasificarse según su origen, ya sean: Genéticas, adquiridas o congénitas.
- Genéticas: Son hereditarias.
- Adquiridas: La discapacidad se adquiere en un .momento determinado de nuestra vida.
- Congénitas: Estas están englobadas como en prenatales, ya que se adquiere durante el embarazo de la madre; y perinatales, por traumas del parto, prematurez, partos prolongados y anoxias (falta de oxígeno).
Por lo general, la discapacidad auditiva no tiene porque venir acompañada de otra discapacidad, lo que cierra el mito de que las personas sordas tienen un intelecto menor que el resto. En este sentido, es muy importante la edad de comienzo de la sordera, por eso se divide en congénita, del nacimiento a los tres años y después de los tras años ya sería adquirida.
En las personas con una discapacidad auditiva adquirida después de los tres años, no tendrían que tener problema en recordar el lenguaje oral. Además, otro de los factores que influye en la adquisición del lenguaje y del desarrollo de su intelecto es que la sordera no esté acompañada por otro trastorno o patología.
Síntomas de la discapacidad auditiva
Para poder detectar una discapacidad auditiva es fundamental realizar exploraciones completas para su detección temprana. Hasta los 8 meses de edad, el desarrollo motor temprano, las primeras adquisiciones psicosociales e incluso el lenguaje expresivo pueden ser normales en niños hipoacúsicos, por lo que es complicada su valoración.
Sin embargo, nuevas evidencias han demostrado que la sordera durante los primeros seis meses de vida pueden interferir en el desarrollo normal del habla y del lenguaje oral, por lo que es ideal identificar a estos niños antes de los tres meses de edad y la intervención comenzarla antes de los seis para evitar las secuelas del déficit auditivo.
Consulte al médico si observa alguna de las siguientes pautas en un niño:
De 0 a 3 meses
- No hay respuesta al sonido del tipo parpadeo, despertar, etc.
- Emite sonidos monocordes.
De 3 a 6 meses
- Indiferente a los ruidos familiares.
- No se orienta hacia la voz de sus padres.
- No responde con emisiones a la voz humana.
- No emite sonidos para llamar la atención.
- Debe intentar localizar ruidos
De 6 a 9 meses
- No emite sílabas.
- No atiende a su nombre.
- No se orienta a sonidos familiares.
De 9 a 12 meses
- No reconoce cuando le nombran a sus padres.
- No entiende una negación.
- No responde a “dame” si no va acompañado del gesto con la mano.
De 12 a 18 meses
- No señala objetos y personas familiares cuando se le nombran.
- No responde de forma distinta a sonidos diferentes.
- No nombra algunos objetos familiares.
De 18 a 24 meses
- No presta atención a los cuentos.
- No identifica las partes del cuerpo.
- No construye frases de dos sílabas.
A los 3 años
- No se les entiende las palabras que dice.
- No contesta a preguntas sencillas.
A los 4 años
- No sabe contar lo que pasa.
- No es capaz de mantener una conversación sencilla.
Consejos para tratar con una persona con discapacidad auditiva
Es muy común que muchas personas no sepan comunicarse correctamente con personas con algún tipo de discapacidad auditiva, por esta razón, debemos tener en cuenta una serie de premisas y consejos para poder llevar una relación 100% inclusiva y correcta con estas personas.
Cuando se habla con una persona sorda o con problemas de audición:
- Mire y hable directamente con ellos, no sólo con las personas que los acompañan, incluyendo los intérpretes.
- Hablar claramente y usar un tono de voz normal a menos que la persona con la discapacidad auditiva indique lo contrario.
- Si no entiendes lo que una persona está diciendo, pídele que repita o reformule la frase, o alternativamente ofrécele un bolígrafo y un papel.
Consejos de atención al cliente con discapacidad auditiva
- Asegúrate de que el personal de la oficina esté informado y preparado sobre cómo saludar y ayudar a las personas sordas o con problemas de audición.
- Permitir más tiempo y mayor flexibilidad para el entrenamiento y la inducción.
- Considerar la ubicación del espacio de trabajo, permitiendo al empleado ver a las personas que entran en la habitación y situar la estación de trabajo en un área donde haya un mínimo de ruido de fondo.
Lengua de signos
La lengua de signos es la expresión y configuración del gesto y la percepción visual, gracias a la cual las personas sordas pueden establecer un canal de comunicación con su entorno social. Mientras que en el lenguaje oral la comunicación se establece en un canal vocal auditivo, la lengua de signos lo hace por el canal gesto-viso-espacial.
Este tipo de lengua es un mecanismo de comunicación por gestos empleados por personas con discapacidad auditiva y/o personas con dificultad en el habla. También lo utilizan personas que a través de una discapacidad auditiva, no han desarrollado la comunicación oral.
Para que este mecanismo de comunicación accesible fuera reconocido como un derecho por las personas que lo necesitan, se creó la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas.
Además, la lengua de signos no es universal, por lo que cada país tiene su propia lengua (idioma). En España existen dos tipos de “idiomas” de la lengua de signos, la española y catalana.
Historia y comunicación
La lengua de signos es una lengua reconocida legalmente que utiliza un canal viso-gestual para comunicarse. Pero es en la segunda mitad del siglo XVII cuando se publica el tratado Escuela española de “sordomudos” o arte para enseñarles a escribir y hablar el idioma español.
Otros de los sistemas dentro de la lengua de signos es sistema dactilológico. Esta modalidad del sistema dactilológico consiste en deletrear el mensaje apoyando cada una de las letras sobre la palma de la mano de la persona sordociega, para que esta pueda captarlas táctilmente.
En España hay tres entidades nacionales que defiende los derechos de las personas sordas y/o sordo-ciegas.