Nuevo y lamentable episodio de «discafobia» referido a las personas con discapacidad. En esta ocasión a Francisco Zuasti, que denuncia el trato discriminatorio que ha sufrido por parte de un empleado del Tryp Gijón Rey Pelayo al querer reservar una habitación adaptada.
El hecho se produce durante una llamada al hotel para confirmar que la habitación adaptada estaba libre antes de hacer la reserva. El hotel, que solo cuenta con una habitación adaptada, informa a Zuasti que la habitación solo puede usarse por dos personas, un hecho que discrimina de nuevo a aquellas personas con discapacidad que tengan al menos un hijo.
Francisco, que viaja con su hijo de cinco años, explica al recepcionista si había alguna forma de realizar la reserva en esa misma habitación, ya que su hijo dormiría con ellos en la misma cama como hace en otros hoteles. No llega ni siquiera a recibir explicación de que dicha habitación es en exclusividad para dos personas, cuando el recepcionista le vuelve a preguntar la fecha de reserva y al volver a responder Zuasti, el recepcionista con tono de querer terminar la conversación y no informar, le comenta que la habitación está bloqueada para esas fechas.
Francisco le comenta que había hablado con la centralita de Meliá y le habían comentado de que estaba libre, pero el recepcionista le comenta que habría entrado una reserva y ya se había bloqueado, terminando ahí la conversación que no convencía a Zuasti. Además, presentía haber sufrido discriminación por parte de este empleado que no quiere citar.
Para confirmar su presentimiento, la mujer de Zuasti (por cambiar el personaje), llama a la centralita y pide información sobre si la habitación estaba disponible para esas fechas. La operadora confirmaba todos los pronósticos y reafirmaba la falta de sensibilidad y discriminación por parte de dicho empleado. La habitación estaba libre. En ese momento Francisco habla con la chica de la centralita, comentándole el suceso y la triste y lamentable atención por parte de dicho empleado, quedándose perpleja ante lo que oía.
Zuasti vuelve a llamar al hotel
Tras conocer que la habitación estaba libre, Zuasti vuelve a hablar con el recepcionista, comentándole la falta de profesionalidad y sensibilidad a la hora de dar solución o simplemente acogerse a la norma «discriminatoria» del hotel de no ofrecer una habitación a parejas con alguna discapacidad y que viajen con su hijo/a. El recepcionista al verse sin argumentos, intenta excusarse de que se había equivocado.
Las personas con discapacidad sufren diariamente discriminaciones desde todos los ámbitos por el hecho de tener discapacidad. Poder viajar, se convierte en una odisea, pues no existen muchas ofertas turísticas ni hoteleras accesibles y si encima nos encontramos con estos hechos, se esfuman todas las posibilidades y ganas de hacerlo.