Día Mundial del Ictus 2020: Decálogo sobre la enfermedad cerebrovascular

El ictus se ha convertido en la enfermedad del s. XXI, siendo la primera causa de muerte en mujeres, segunda en hombres y primera causa de discapacidad

El ictus, también conocido como infarto cerebral o embolia, es una enfermedad cerebrovascular. Esta se produce cuando hay una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo reduciéndose  el flujo de sangre que llega al cerebro.

En conmemoración del Día Mundial del Ictus, que se celebra el 29 de octubre, la Fundación Casaverde difunde su decálogo del ictus. Todo ello con el objetivo de divulgar el alcance, las consecuencias y medidas de prevención de esta enfermedad.

La Fundación Casaverde lleva trabajando 16 años en el desarrollo de proyectos de investigación, programas de formación y jornadas y foros de sensibilización sobre enfermedades neurológicas y discapacidad.

Decálogo del ictus 

1.- El ictus se ha convertido en la enfermedad del siglo XXI con una prevalencia cada vez mayor. Es la primera causa de muerte en mujeres, segunda en hombres y primera causa de discapacidad.

2.- Los ictus continúan aumentando en los grupos de edad más jóvenes. Esto supone un enorme impacto en cuanto a los años de vida perdidos ajustados por la calidad de vida, repercusión social y familiar.

3.- Gracias a los avances en el conocimiento de la enfermedad, sabemos que el 80% de los factores de riesgo son controlables. Es por ello que hasta 8 de cada 10 ictus podrían ser evitables con un buen control de estos factores de riesgo. Es necesario, por tanto, concienciar a la población para establecer políticas de promoción de la salud.

ictus4.- La Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud (SNS) permite la organización de los sistemas de atención mejorando la identificación de los síntomas. Otro beneficio es tener acceso al recurso asistencial necesario, aunque la disponibilidad de las Unidades de Ictus y su tratamiento sigue siendo irregular por territorios. Esto pone de manifiesto la necesidad de mejorar la equidad para acceder al mejor tratamiento en fase aguda.

5.- La activación del Código Ictus consigue que la mayoría de los pacientes sean atendidos con la mínima demora en hospitales con Unidades de Ictus. De esta manera se reduce significativamente los tiempos de atención. Esto permite aumentar de forma muy importante el número de personas tratadas, reduciendo la mortalidad en más de un 50% de los casos.

Ictus y discapacidad

6.- Más allá de la fase aguda; los objetivos de salud a alcanzar en la atención de un paciente que ha sufrido un ictus son la reducción del grado de discapacidad; la necesidad de adaptación del paciente a su entorno; la preservación del máximo potencial funcional y la prevención de la aparición de otro episodio de ictus.

7.- Tras un ictus, la intervención precoz del médico rehabilitador permite diagnosticar la discapacidad; comenzar la intervención rehabilitadora adecuada, prever los recursos futuros y apoyar la integración social y/o laboral del paciente.

8.- En el ámbito de la neurorrehabilitación en la fase postaguda, los factores claves son la continuidad; la coordinación asistencial, los programas de atención individualizados y los equipos de neurorrehabilitación altamente especializados e interdisciplinares. Estos últimos permiten una atención temprana, intensiva y de calidad.

9.- La atención primaria es el ámbito idóneo para el seguimiento y control de los pacientes crónicos. Todo ello sirve para prevenir reagudizaciones del ictus inicial y enfermedades asociadas a este. En este caso no debemos olvidar su aportación a la coordinación asistencial con atención especializada en el ámbito hospitalario; así como la continuidad de cuidados como un recurso esencial de la recuperación y la adaptación del paciente afectado por ictus.

10.- El Sistema Nacional de Salud debe seguir avanzando en la fase prehospitalaria y aguda, pero sobre todo en la rehabilitación y cronicidad, sin olvidar la importancia de cuidarnos a nosotros mismos. Cuidar de nosotros mejora nuestra calidad de vida y la de los demás.

Cómo detectarlo

El acceso rápido y eficaz al sistema integral de emergencias puede salvar la vida a la persona que sufra un ictus. Por este motivo, es importante que los pacientes alerten a los servicios de emergencias del 061 ante los primeros síntomas. El ictus es una patología cerebrovascular consistente en una pérdida de la función cerebral de naturaleza no traumática que se desarrolla de forma muy rápida por la falta de aporte sanguíneo al cerebro.

Los síntomas son, entre otros, la pérdida de fuerza en medio cuerpo, dificultades en el habla, la pérdida de fuerza en un brazo o pierna, parálisis de un lado de la cara o la pérdida súbita de visión. Ante esta situación, no mover al paciente, y alertar al servicio de emergencias pueden ayudar a reducir la mortalidad y mejorar la recuperación del paciente.

En cuanto a la prevención, hay que añadir que existen medidas como los antitrombóticos, anticoagulantes, terapia endovascular, la terapia quirúrgica arterial y el control de los factores de riesgo vascular que han demostrado eficacia en la prevención de nuevos episodios. De hecho, más del 50% de pacientes con ictus son hipertensos y el control de la presión arterial puede disminuir más del 40% el riesgo de padecer un nuevo ictus.

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