El Día Europeo de la Igualdad Salarial se conmemora el día 22 de febrero en todos los países que conforman la Unión Europea.
En noviembre de 2008, el Parlamento Europeo designó el día 22 de febrero Día Europeo de la Igualdad Salarial, que desde entonces se celebra en toda la Unión Europea (UE).
Esta jornada pretende recordar que, en España, las mujeres cobran como salario medio un 14’9% menos que los hombres y continúan trabajando casi dos meses de forma gratuita todos los años. La brecha salarial de género, que sigue aumentando año tras año, refleja las desigualdades en el mercado de trabajo y una discriminación que, siendo ilegal en toda la Unión Europea, se sigue dando.
En España, prácticamente el 70% de los casi dos millones de personas asalariadas que perciben el salario mínimo, son mujeres. A esta injusticia salarial se suman otros factores claramente discriminatorios como la precariedad en las condiciones laborales de las mujeres con contratos mayoritarios a tiempo parcial, el hecho de que entran y salen más a menudo del mercado de trabajo, al ser ellas las que normalmente concilian la vida laboral con la familiar. Además, las mujeres hacen más trabajo extra no remunerado que los hombres.
Si nos paramos en los datos sobre la tasa de paro, según las estadísticas del SEPE, la tasa de paro en mujeres supera en más de 500.000 desempleadas a la de hombres. Además, las mujeres en España concentran las tres cuartas partes del empleo a tiempo parcial. El 60’1% de las mujeres que trabajan a tiempo parcial en España lo hacen de manera involuntaria, frente a sólo el 25’7% de la Unión Europea.
La brecha salarial entre hombres y mujeres en nuestro país está a la cabeza de Europa, acentuándose en mujeres de mayor edad. Se estima que la brecha salarial supera el 20%. Los principales factores que afectan a la brecha salarial son la edad y la descendencia.
A mayor edad en las mujeres, mayor es la diferencia en su salario, llegando a percibir un 16’2% menos que los hombres. La brecha crece al aumentar el número de hijas e hijos: un 14% con un descendiente, y alcanza el 18% con dos o más hijas e hijos.
Por todo ello, es necesario rearmar la conciencia crítica sobre los mecanismos de perpetuación de las desigualdades, así como romper con los estereotipos de género que impregnan nuestra sociedad y abrirla en igualdad de condiciones y de derechos.