Si hay algo que pone en riesgo la salud del sistema circulatorio es el exceso de sodio. Aunque es un compuesto que viene de la naturaleza, una vez pasa por la industria y es refinado; desencadena problemas serios que pueden terminar en infartos o en el peor de los casos la muerte.
El sabor salado siempre ha estado presente en la dieta, pero cuando aparecen los casos hipertensivos entonces es momento de dar un giro a la nutrición y buscar sustitutos.
Hay un montón de rubros en la naturaleza cuyo sabor también da buen gusto a la comida; sin perjudicar al sistema circulatorio y que conocerás a continuación.
Cómo consumir menos sal
El cloruro de sodio sal de mesa es lo primero que los cardiólogos satanizan cuando detectan algún problema en el sistema circulatorio.
No obstante, no hay que esperar ser diagnosticado con problemas del corazón para hacerse cargo de la salud.
Cabe destacar, que bajar el consumo de sal no es tan difícil y si lo que le causa preocupación es el sabor de la comida no se preocupe, pues los expertos han determinado que a las 3 o 4 semanas el paladar ya se ha adaptado.
Para empezar, si usted es de los que pone un salero en la mesa puede empezar por quitarlo, ya que tener la tentación de verla provoca que no pueda aguantar las ganas de agregar más sodio de lo necesario.
En segundo lugar, otra forma de cuidar su sistema circulatorio es disminuyendo el consumo de alimentos con alto contenido de sal como el queso, los encurtidos, embutidos y comidas precocidas.
Asimismo puede evitar comidas que tengan más de un gramo de sal.
De igual forma, haga trampa e integre a sus momentos gastronómicos en la cocina más especias y hierbas que sal. En este caso no dude en tener a la mano jengibre, ajo, orégano, albahaca y cúrcuma.
Tampoco dude en integrar alimentos ricos en potasio como las frutas y hortalizas; pues logran neutralizar la devastadora acción sódica y favorecer su sistema circulatorio.
Sustitutos de la sal para un sistema circulatorio sano
Cocinar es una mezcla de sabores y olores que puede ser considerado como un ritual.
Por consiguiente, aprovecha cada rubro que brinda la naturaleza para que tengas una buena experiencia gastronómica y cuides el sistema circulatorio.
Ajo y cebolla
El ajo y la cebolla son dos clásicos culinarios, que si o si, permanecen presentes de formas distintas en salsas, guisos, sopas y estofados.
A partir de los dos rubros puedes elaborar tu propio sustituto.
Pon a secar la cebolla y ajo al sol, para luego molerlos en el procesador de alimentos hasta que se vuelvan polvo.
El sabor será distinto y por supuesto disfrutarás de comidas mucho más sanas.
Hierbas y especias amigables con el sistema circulatorio
Las hierbas y especias no sólo dan sabor sino color y olor.
Los clavos, comino, cilantro, romero, pimienta cayena y albahaca son los más recomendados, ya que además de dar un buen sabor son fuente de vitaminas, minerales y beneficios nutricionales.
Adicionalmente son una opción económica, debido a que las hierbas puedes cultivarlas en casa en espacios pequeños.
Jugo de limón
El sistema circulatorio agradecerá que dejes la sal por el jugo de limón. Recordemos que el sustituto es rico en antioxidantes y vitamina C; compuesto necesario para absorber hierro y tener unas defensas fuertes.
Por otra parte, sirve para eliminar las bacterias del pescado, dar un toque distinto a las ensaladas y realzar el sabor de las ensaladas.
Además brinda una sensación refrescante y ayuda a disminuir la presión sanguínea; efecto beneficioso para el sistema circulatorio.
En caso que te aburras del jugo, opta por otros cítricos como la toronja, naranja o mandarina.
Vinagres para el sistema circulatorio
El vinagre es un ácido que no necesariamente tiene que ser usado para limpiar los vegetales.
Actualmente en el mercado hay vinagres extraídos de la manzana, cuyo sabor es perfecto para sustituir la sal.
Puedes emplearlo en la preparación de salsas, carnes marinadas y salsas o aderezos para ensaladas.
Aceites especiados
Finalmente recomendamos añadir las especias de tu preferencia al aceite que tengas en casa.