Aunque la gran mayoría de las personas conozcan la depresión como un simple estado de ánimo por el que cualquier persona puede atravesar en un momento determinado de su vida, en el cual experimentan tristeza, melancolía, soledad u otros sentimientos relacionados con la infelicidad, resulta que la depresión es mucho más que eso.
Se conoce como depresión clínica al trastorno psicológico con el cual la persona afectada siente todos estos sentimientos de una manera permanente, por periodos de tiempo prolongados, haciendo que esto se convierte en un fuerte obstáculo a la hora de desarrollar las actividades del día a día y poder llevar una vida normal.
¿Cuáles son las causas?
No existe una causa única que puede ocasionar depresión, excepto aquellos casos en los que el cuadro depresivo se presenta después de haber sido diagnosticado con alguna enfermedad orgánica, como es el caso de la tuberculosis o la enfermedad de Párkinson entre otras.
La depresión puede iniciar como producto de diferentes factores biológicos, como por ejemplo la genética, alteraciones de neurotransmisores o cambios hormonales.
Por otro lado, no podemos dejar de lado a los múltiples elementos psicosociales que pueden estar presentes a lo largo de la vida de las personas, así como aquellos factores que tienen que ver con la personalidad, sobre todo los llamados mecanismos de defensa.
Tipos de depresión
La depresión es una enfermedad tan amplia y los casos pueden presentarse con detalles tan variados, que incluso puede clasificarse en distintos tipos de depresiones.
Aunque se usa la palabra depresión como un nombre generalizado, los síntomas pueden deberse a causas diferentes, puede durar lapsos de tiempo distintos, presentar una intensidad variada y puede evolucionar de formas diferentes, esto ha dado paso a clasificarla en los siguientes tipos de depresión.
- Trastorno depresivo mayor
- Distimia
- Trastorno ansioso-depresivo
- Depresión atípica
- Trastorno bipolar
- Ciclotimia
¿Cómo se diagnostica la depresión?
A pesar de que existen muchos síntomas que pueden indicar la presencia de un cuadro depresivo, se necesita de una evaluación profesional para poder tener un diagnóstico acertado.
Para poder realizar un diagnóstico se necesita como primer paso, revisar el historial del paciente, en dicho historial se incluye una historia médica general que pueda mostrar el inicio de los síntomas, el tiempo que han durado y donde se expongan algunos hábitos como el consumo de alcohol o drogas, así como los pensamientos de suicidio.
Además de esto, el paciente debe pasar por un examen del estado mental, donde se evalúe el habla, la memoria y los pensamientos, así como una evaluación de las variaciones en el estado de ánimo, la incapacidad frente al placer y la pérdida de interés en aspectos comunes de la vida.
Todo esto debe realizarse por un profesional, ya sea psicólogo o psiquiatra, en donde sigan los estándares expuestos en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud.
¿Cómo se trata?
Son muchas las alternativas que pueden contribuir con el control, disminución y cura de la depresión, aunque podemos decir que los tratamientos indicados por los profesionales se dividen en tratamientos farmacológicos y terapia psicológica.
En primer lugar se debe tratar con terapia, esta debe ser planificada de forma diferente en cada caso, aunque en todas deben tomarse en cuenta los factores psicosociales y los factores psicosomáticos, como lo indican los manuales científicos.
En casos más graves suelen usarse herramientas farmacológicas, en las que se busca atacar los desequilibrios químicos del cerebro, sobre todo cuando existe un déficit de serotonina que no ha podido modificarse con terapia u otras actividades.
Por otro lado, el médico puede recomendarles a los pacientes incluir actividades en su día a día, esto incluye la práctica de ejercicios, actividades relajantes, conversaciones con amigos e incluso una modificación en el régimen alimenticio.