Conseguir una pensión de incapacidad permanente conlleva un complejo proceso. Algunas personas logran el reconocimiento de una pensión de estas características a la primera solicitud realizada al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). Sin embargo, otras muchas necesitan incluso demandar al INSS ante la Justica.
Esta pensión tiene como principal objetivo paliar la pérdida de ingresos que sufre el trabajador a causa de una lesión o enfermedad que le imposibilita desarrollar su profesión habitual u otras actividades laborales.
En España existen cuatro grados de incapacidad permanente: Parcial, total, absoluta y gran invalidez. Estos grados se diferencian por la incapacitación que se reconoce al trabajador o la cuantía económica que corresponde en la pensión.
Cosas que pueden conllevar la pérdida de la pensión
Por otra parte, los beneficiarios de una pensión de incapacidad permanente deben saber que la realización de una serie de acciones puede conllevar la pérdida del derecho a percibir tal pensión.
La causa más habitual es pasar una revisión médica de la incapacidad. Esta revisión se suele producir cada dos años, a petición del INSS, aunque no existe un plazo predeterminado para establecer este tipo de revisión. Además, el beneficiario de la pensión de incapacidad permanente también tiene derecho a solicitar una revisión por empeoramiento.
Cuando se produce una revisión de la incapacidad, pueden darse varios escenarios: Mantener el mismo grado de incapacidad, aumento del grado reconocido, reducción del grado o pérdida del derecho a la incapacidad permanente por mejoría.
Otro caso habitual de la pérdida de incapacidad permanente es iniciar una determinada actividad laboral que no sea compatible con el grado de incapacidad reconocido. Estos son dos de los motivos principales que pueden derivar en la pérdida de la pensión.
Pérdida de la incapacidad permanente
Además de estos motivos, los más conocidos, los profesionales de ‘CampmanyAbogados‘ también resaltan otro tipo de acciones que también pueden terminar con la retirada del derecho a cobrar la pensión de incapacidad permanente. Estas son algunas de las causas más importantes:
- Ignorar la llamada del Tribunal Médico: No acudir a la cita de revisión puede ser un motivo de retirada de la incapacidad permanente.
- No aportar informes médicos actualizados: Presentarse a una revisión con el INSS sin informes médicos o no actualizados, pueden conllevar la retirada de la pensión.
- Comportamientos inadecuados: Si en los momentos de ocio o día a día realizamos actividades no acordes con el grado de incapacidad reconocido. Por ejemplo, si el INSS tiene conocimiento que una persona con incapacidad permanente total por no poder desarrollar trabajos de fuerza, realiza deportes de riesgo, podría proceder a la retirada de la pensión. Se trata de situaciones poco habituales.
- Mejoría de la enfermedad o lesión: Es uno de los motivos más obvios por el que se puede perder el derecho a la pensión de incapacidad permanente.
- Error en el diagnóstico: Un error en el diagnóstico médico y una posible revisión podrían suponer la pérdida de la incapacidad permanente.
Otra acción que puede provocar la pérdida de la incapacidad permanente es trasladarnos a vivir al extranjero sin comunicarlo previamente al INSS. Además, será necesario presentar cada año un documento de ‘Fe de Vida’.
Por último, es necesario indicar que cualquier situación de fraude por parte del beneficiario, una imprudencia o abandono de tratamientos médicos, puede ser un motivo más que suficiente para que el INSS decida retirar el derecho a recibir la pensión de incapacidad permanente.