En 2030, una de cada tres personas en Europa tendrá más de 65 años. Esas personas seguro que querrán disfrutar de su vejez y llevar un estilo de vida activo. Sin embargo, eso es algo que no está al alcance de todas las personas a esa edad. Para que los adultos mayores mantengan su salud física y mental.
Es por ello que desde la Universidad de Zúrich (Suiza), bajo la dirección de a profesora de geriatra Heike Bischoff-Ferrari; se ha realizado un estudio para conseguir un envejecimiento saludable. Para ello, han examinado los efectos de medidas simples en la salud de adultos sanos de 70 años o más.
Estos estudios han tenido tres pilares: la vitamina D, los ácidos grasos omega-3 y los ejercicios de entrenamiento de fuerza. Los resultados iniciales no depararon buenos resultados. Estos tres elementos no mejoran significativamente la salud ósea, la función de las piernas y la memoria.
Sin embargo, ciertos grupos de personas sí podrían beneficiarse de estas medidas, al conseguir evitar infecciones.
La importancia de la vitamina D y los ácidos grasos omega-3
El estudio VITAL, realizado en Estados Unidos, indicó que la vitamina D y los ácidos grasos omega-3 no reducen el riesgo de desarrollar un nuevo cáncer o enfermedades cardiovasculares importantes en hombres y mujeres de entre 50 y 60 años.
Sobre estas mismas premisas se ha seguido indagando. Ha sido el caso del estudio DO-HEALTH, la investigación sobre la vejez más grande sobre el estudio europeo. El análisis se ha centrado en los efectos de estos suplementos sobre el envejecimiento.
Este proyecto ha sido financiado con fondos europeos. Tras tres años de ensayos clínicos no se llegó a encontrar efectos sobre la función de las extremidades inferiores, la memoria o la incidencia de fracturas óseas.
Además, los hallazgos de la investigación recogen que algunos subgrupos experimentaron mayores beneficios de la suplementación con vitamina D y omega-3 cuando se trata de reducir las tasas de infección y la presión arterial sistólica.
La investigación
El proyecto contó con más de 2.000 personas relativamente sanos de 70 años o más. Además, los sujetos reclutados vivían en casa y no tenían afecciones preexistentes significativas. Más de la mitad de los participantes procedía de Suiza. Le seguían Austria, Alemania, Francia y Portugal.
El total de participante fueron asignado al azar en ocho grupos. Además, ni los centros del ensayo ni los participantes sabían en qué grupo estaban. Y cada uno recibió ninguna, una, dos o tres de las siguientes intervenciones:
- Suplementación de ácidos grasos omega-3 (1 gramo / día).
- Suplementación de vitamina D (2000 UI / día).
- Programa de ejercicios en casa.
Además, a los grupos de control se les administraron placebos y se realizaron ejercicios de control, todos ellos centrados en la flexibilidad articular.
Durante los tres años que duró la investigación, los siete centros de prueba europeos llevaron a cabo visitas de un día completo. El objetivo de este control servían para observar la salud y las funciones de cada uno de los participantes. Asimismo, también se llevaron a cabo extensas encuestas por teléfono cada tres meses.
Con este proceso los especialistas estudiaron entre otras cosa la densidad ósea y muscular, la presión arterial, las funciones de la memoria, la velocidad de la marcha y biomarcadores importantes.
Además, registraron hechos como nuevas enfermedades, infecciones, caídas, visitas al médico y estancias hospitalarias.
Conclusiones
«Nuestros hallazgos sugieren que la suplementación de vitamina D y omega-3 en adultos de 70 años o más que llevan un estilo de vida activo y no tienen condiciones preexistentes no brinda ningún beneficio en lo que respecta a la salud ósea, la memoria y la función muscular. Sin embargo, creemos que hay un efecto sobre las infecciones, como el Covid-19», aseguraba la doctora Bischoff-Ferrari.
Los participantes de omega-3 redujeron el riesgo de infecciones en un 11% en total. Además, en particular para las infecciones de las vías respiratorias superiores (10%) y del tracto urinario (62%).
En el caso de los de la vitamina D bajaron la presión arterial sistólica en los hombres en 2.5 mmHg y el riesgo de infecciones en participantes más jóvenes (70 a 74 años) en un 16%.
«Dada la alta seguridad y los bajos costos de estos suplementos, así como la alta mortalidad asociada con las infecciones en los adultos mayores, estos hallazgos son muy relevantes para la salud de la población en general», afirmaba Bischoff-Ferrari.
El ejercicio, clave
Los investigadores atribuyen la falta de efecto sobre la salud ósea, la función muscular y la memoria a la salud relativamente buena de los participantes del estudio. Este buen dato iba asociado a que la mayoría hacía ejercicio con regularidad.
Asimismo, casi la mitad de los participantes eran los llamados ancianos sanos. Estos no contaban con afecciones preexistentes o insuficiencia de vitamina D. Junto a la suplementación prescrita por el estudio, también se les permitió tomar 800 UI de vitamina D al día.
«Por lo tanto, los resultados no contradicen la recomendación actual de la Oficina Federal de Salud Pública sobre los suplementos de vitamina D y la prevención de caídas para las personas mayores, ni los efectos preventivos probados de los programas de ejercicio», señalaba la doctora Bischoff-Ferrari.