El exceso de sal puede ser perjudicial para la salud, especialmente al provocar un incremento sobre la hipertensión arterial. Sin embargo, una alternativa baja en sodio podría reducir el riesgo de ictus en personas con hipertensión arterial o antecedentes de ictus.
Así, lo asegura una investigación realizada por el Instituto George para la Salud Global de Sidney (Australia). Dicho estudio ha sido presentado este año en el Congreso de la Sociedad Europa de Cardiología 2021.
Y es que tanto el exceso de sodio como una ingesta deficiente están vinculados a la hipertensión arterial y aun incremento de enfermedades cardiovasculares; así como muertes de forma prematura.
Los expertos explican que se ha podido comprobar como la sustitución de cloruro de sodio de la sal común por cloruro de potasio reduce la presión arterial. Sin embargo, hasta el momento no se habían encontrado evidencias respecto a las enfermedades cardíacas, ictus o tasa de mortalidad.
Beneficios de sal baja en sodio
Concretamente, esta investigación denominada ‘Estudio de Sustitución de Sal y Accidentes Cerebrovasculares’ (‘SSaSS’, por sus siglas en inglés), se basó en comparar el efecto del sustituto de la sal reducido en sodio con la sal normal respecto a los accidente cerebrovasculares, cardiovasculares y mortalidad.
Así, el ensayo clínico se desarrolló en 600 pueblos de zonas rurales de cinco provincias de China. Los investigadores seleccionaron dos condados dentro de cada provincia que representaban el nivel de desarrollo socioeconómico de los condados rurales de esa provincia.
Finalmente, el estudio contó con la participación de 20.995 participantes. A un grupo se le administro sal baja en sodio y otro siguió tomando sal común.
Reducción de derrame cerebral y riesgo de mortalidad
Los resultados demostraron que los problemas cardiovasculares fueron menores en aquellos participantes que utilizaron el sustituto de la sal común. Así, la mortalidad total también disminuyó (39,27 frente a 44,61 por 1.000 pacientes-año).
«Este estudio aporta pruebas claras sobre una intervención que podría adoptarse muy rápidamente a un coste muy bajo», explica el profesor Bruce Neal, autor principal de la investigación y responsable del Instituto George para la Salud Global.
Respecto al uso de una sal con niveles reducidos de sodio, este experto señala que «ahora hemos demostrado que es eficaz. La sustitución de la sal podría ser utilizada por miles de millones de personas más con beneficios aún mayores».
Seguidamente, añade que «el resultado del ensayo es especialmente emocionante porque la sustitución de la sal es una de las pocas formas prácticas de lograr cambios en la sal que consume la gente. Otras intervenciones de reducción de la sal han tenido dificultades para lograr un impacto amplio y sostenido».
Otra de las claves que aportan los expertos que han realizado esta investigación es que el sustituto de la sal es muy fácil de fabricar y su precio no es caro. En este sentido, argumentan que un kilo de sal con niveles de sodio normales cuesta aproximadamente 1,08 dólares en China; mientras que un sustituto de la sal tendría un precio de 1,62 dólares el kilo.
A pesar de la mínima diferencia económica, los beneficios para la salud podrían tener una dimensión enorme, reduciendo el riesgo de derrame cerebral, ictus, problemas cardiovasculares y la mortalidad.