Una vacuna es una un proceso sanitario cuya finalidad es proteger al sistema inmune del organismo frente a enfermedades, virus e infecciones dañinas para la salud. En este sentido, las vacunas activan las defensas naturales del organismo para resistir ante agentes externos específicos.
Así, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) explican que «tras vacunarnos, nuestro sistema inmune produce anticuerpos, como ocurre cuando nos exponemos a una enfermedad, con la diferencia de que las vacunas contienen solamente microbios (como virus o bacterias) muertos o debilitados y no causan enfermedades ni complicaciones».
Antes de nacer, el feto ya adquiere defensas a través de la placenta para proteger al organismo antes diferentes infecciones durante las primeras semanas de vida. No obstante, esa protección se pierde en poco tiempo.
Por tanto, debido a este fenómeno natural existe la necesidad de vacunar a los niños desde muy pequeños para protegerlos frente a enfermedades conocidas. Además, es clave conocer el momento en el que debe vacunarse para mantener su inmunidad frente a estas enfermedades.
¿Cómo actúan las vacunas en el sistema inmune?
Actualmente el término vacuna está muy de moda debido a la pandemia del Covid-19. Sin embargo, desde hacer décadas, las vacunas han permitido salvar millones de vida en todo el mundo.
En concreto, lo que hace la vacuna es engañar al organismo y especialmente al sistema inmune. Y es que hace creer a éste que está siendo atacado por un agente externo y debe defenderse.
Es en ese momento cuando el microorganismo inoculado en la vacuna se encuentra muy debilitado o muerto, no suponiendo ningún peligro para la salud. Sin embargo, será suficiente para que el sistema inmune genere los anticuerpos necesarios contra dicha enfermedad o virus.
Así, se adquiere lo que se conoce como memoria inmunitaria para hacer frente a ese microorganismo concreto en otras circunstancias y eliminarlo rápidamente.
En concreto, las vacunas se inoculan en el organismo por vía intramuscular y en algunas ocasiones por vía oral. También puede darse el caso de necesitar varias dosis para que el sistema inmune actúe correctamente y dicha inmunidad se mantenga con el tiempo. Es lo que ocurre con algunas de los tipos de vacunas elaboradas frente al SARS-CoV-2.
¿Existen riesgos en la vacunación?
Toda vacuna puede tener efectos secundarios y conllevar pequeños riesgos tras su administración. Es algo que ocurre con todo tipo de vacunas y no únicamente con la del Covid-19, cómo mucha gente puede pensar.
En este sentido, desde ‘Sanitas’ dejan claro que «los riesgos de la vacunación siempre serán inferiores a sus beneficios. No es mejor padecer la enfermedad que recibir la vacuna: con la vacunación adquirimos protección ahorrándonos la enfermedad”.
Por todo ello, las vacunas son un medicamento muy eficaces, seguros y con la capacidad de salvar millones de vidas en todo el mundo
Si bien, los expertos avisan que debemos tener en cuenta que existe un pequeño riesgo de que ocurra un problema grave de salud. No obstante, dicho riesgo siempre será inferior al derivado de contraer una enfermedad concreto. La vacunación es una forma médica y eficaz de fortalecer el sistema inmune ante determinadas enfermedades y virus.
Desde la OMS también aclaran que «la vacunación es inocua y, aunque pueda producir efectos secundarios, como dolor en el brazo o fiebre baja, suelen ser muy leves y temporales. Si bien no puede descartarse que ocasionen efectos secundarios graves, estos son sumamente raros».