Son muchas las personas que pese a que comen correctamente, la velocidad con la que ingieren pueden terminar jugándole una mala pasada. El comer más deprisa incentiva la ansiedad en nuestro cuerpo haciéndonos comer mucho más y en algunos casos peor. En este artículo vamos a explicar la relación que guardan los triglicéridos y las grasas con la forma que tenemos de comer.
En primer lugar, debemos tener claro que los triglicéridos son un tipo de grasa que está presente en nuestra sangre y que nos permite generar energía. Mantener los triglicéridos en unos niveles correctos se ha tornado una tarea imprescindible para aquellas personas que quieren hacer culto a su cuerpo.
En el caso de las grasas, podemos hablar de colesterol bueno LDL y al colesterol malo HDL. En este sentido, sabemos que las cifras óptimas de colesterol en sangre deben estar por debajo de los 200 mg/dL. Pese a ello, existe un tercer marcador que los especialistas tienen muy en cuenta a la hora de evaluar el riesgo cardiovascular. Estos son los triglicéridos.
Al igual que ocurre con el colesterol, los triglicéridos circulan en la sangre por unas lipoproteínas que se producen en el intestino y en el hígado. Mediante estos vehículos son transportados a los tejidos donde se utilizan como reserva de energía para cubrir necesidades metabólicas de los músculos. La particularidad de los triglicéridos es que convierte en grasa todas aquellas calorías que no utilizamos, por lo que si se consumen más calorías de las que quemamos, el organismo las almacenará y por lo tanto aumentarán nuestros niveles de triglicéridos, denominándose hipertrigliceridemia.
¿Por qué suben los triglicéridos si comemos rápido?
La alimentación afecta de gran manera la utilización de las grasas en el organismo, pero otra de los puntos muy importantes que debemos de corregir es la velocidad con la que comemos. Investigadores del CIBERNONB, de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili, han señalado que las personas que comen rápido retrasan la sensación de saciedad, por lo que continúan comiendo a pesar de haber cubierto sus necesidades energéticas y nutricionales.
Por lo tanto, ingerir grandes cantidades de energía durante un corto periodo de tiempo favorece a padecer picos más sostenidos en la glucosa plasmática e insulina, lo que podría dar lugar a un estado que estimularía la producción de grasas en el hígado y provocaría un aumento de los niveles de triglicéridos en plasma. Por este motivo, recomendamos comer de forma pausada y tranquila, sin prisas. Todo lo que sea comer más rápido nos producirá más ansiedad, ganas de comer y nuestro cuerpo no terminará de estar al 100% saludable.
Principales causas de la subida de los niveles de triglicéridos en nuestro cuerpo:
- Una vida sedentaria: El llevar una vida sedentaria y sin ejercicio hará que no quememos las calorías ingeridas. Esto, junto a una dieta alta en hidratos y en grasas, hará que los triglicéridos se almacenen en las células grasas.
- Toma de medicamentos: Según que medicamentos tomemos, podrían perjudicarnos en niveles más altos de triglicéridos. Es el caso de los diuréticos, tratamientos hormonales a base de estrógenos y progestágenos, betabloqueantes, algunos inmunosupresores, y fármacos para el tratamiento del VIH.
- Dieta alta en carbohidratos: Si nuestra dieta está compuesta por más de un 60% de hidratos de carbono, existe un alto riesgo de sufrir un incremento en los niveles de triglicéridos.