Una investigación reciente apunta al colesterol como posible clave para futuras terapias de tratamientos para enfermedades como la diabetes o el Alzheimer. Se trata de un nuevo avance científico que necesita un análisis en mayor profundidad.
En concreto, dicho estudio ha sido realizado por un investigador de la Universidad de Arizona (Estados Unidos); cuyo objetivo principal ha sido examinar el papel que juega el colesterol en el Alzheimer y también en la diabetes tipo 2.
Partió de la premisa de identificación de una pequeña molécula que podría contribuir a regular los niveles de colesterol en el cerebro, y convirtiéndola en una posible diana terapéutica para el Alzheimer y otras enfermedades similares.
Diabetes tipo 2 y Alzheimer
En pleno 2021 sigue sin existir una cura para la enfermedad del Alzheimer. Sin embargo, los estudios científicos al respecto se han multiplicado y los investigadores han encontrado nuevas evidencias para poder seguir tirando de un hilo que invite a la esperanza.
En este contexto, diferentes estudios científicos han hallado pruebas que asocian las causas subyacentes de la diabetes tipo 2 y la enfermedad del Alzheimer.
Es decir, la diabetes tipo 2 surge cuando la insulina pierde eficacia para eliminar la glucosa del torrente sanguíneo; provocando un aumento de los niveles de azúcar en sangre, que pueden derivar en una subida de colesterol.
Así, en el Alzheimer también se produce una situación similar. Si bien, en este caso los efectos se aglutinan en el cerebro, y no en el conjunto del organismo.
Al respecto, el autor principal de la investigación que nos ataña, el doctor Gregory Thatcher, explica que «el Alzheimer y la diabetes tienen muchas causas comunes. Nuestro objetivo era desarrollar una forma de identificar compuestos que contrarrestaran muchos cambios perjudiciales que contribuyen tanto al Alzheimer como a la diabetes de tipo 2».
Cómo podría influir el colesterol
Los investigadores aclaran que cuando se produce un incremento de colesterol por la resistencia a la insulina o debido a otros factores, el cuerpo comienza un proceso denominado transporte inverso de colesterol. En dicho proceso, unas moléculas específicas se encargan de trasladar el exceso de colesterol hacia el hígado para ser eliminado.
En este sentido, una de las proteínas que participan en el transporte inverso del colesterol es la apolipoproteína (APOE). Pero la APOE también es el gen con mayor factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y demencia; así como para la diabetes tipo 2 y/o enfermedades cardiovasculares.
Además, el transportador de casetes de unión ATP A1 (ABCA1), también participa en el traslado de colesterol y se vincula a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, Alzheimer y diabetes tipo 2.
Con todo ello, el doctor Thatcher detalla que «aunque la mayoría de la gente conoce el llamado ‘colesterol bueno’ y el ‘colesterol malo’, asociados al riesgo de infarto e ictus, estos amplios conceptos también son aplicables a un cerebro sano. Trasladar el colesterol a donde se necesita en el cuerpo tiene efectos positivos en muchos procesos fisiológicos; además de poder ayudar a eliminar las proteínas mal plegadas que se acumulan en el cerebro».
Como conclusión, los investigadores esperan que un incremento de ABCA1 ofrezca una influencia favorable en la señalización de insulina y ayude a reducir la inflamación del cerebro. De esta forma, podría convertirse en una terapia potencial para tratar la enfermedad del Alzheimer y la diabetes tipo 2.