La vitamina B1 o tiamina se engloba dentro del complejo de vitamina B. Es un elemento fundamental para las células en el proceso de transformación de carbohidratos en la energía que el cuerpo necesita para desarrollar su actividad diaria.
Tener niveles óptimos de tiamina en sangre contempla grandes beneficios para la salud. Entre otros motivos, ayuda a mantener sana la función intelectual, función cardiovascular y función muscular; además de impulsar la regulación del metabolismo.
Por otra parte, se ha demostrado que personas con diabetes de tipo 2 presentan niveles bajos de vitamina B1; por lo que aportes de esta vitamina son adecuados para pacientes que sufren este tipo de enfermedad. Además, no hay que pasar por alto que la vitamina B1 ayuda a prevenir problemas de visión, mejora los síntomas de demencia y contiene propiedades para reducir los dolores propios del periodo menstrual en las mujeres.
La vitamina B1 en la alimentación
Esta vitamina es fácilmente adquirible para el organismo a través de una buena alimentación, rica en vitaminas, variable y equilibrada. En la esfera gastronómica hallamos diferentes alimentos que nos proporcionan vitamina B1 como la trucha, atún, huevos, carne de cerdo, arroz, cereales, pan, harina, nueces, semillas o legumbre.
Si bien existen alimentos que no contienen demasiada vitamina B1, pero consumidos en grandes dosis aportan suficiente cantidad de esta vitamina, como pueden ser verduras, frutas o productos lácteos.
No obstante, existen personas que encuentran dificultades para absorber la vitamina B1 necesaria durante el proceso de alimentación, como por ejemplo aquellas con dependencias al alcohol o que abusan excesivamente de los carbohidratos.
Estas personas requieren en ocasiones de la ingesta de suplementos de vitamina B1 para evitar problemas de salud. En ocasiones donde el paciente presente un déficit grave de esta vitamina, los médicos también suelen inyectar un chute de este micronutriente.
Los tratamientos de basados en suplementos, suelen establecer la ingesta de un comprimido de 50 mg de vitamina B1 al día. Un procedimiento que siempre debe estar supervisado por la figura de un especialista en la materia y que de igual modo podría no ser efectivo en personas con la enfermedad de Crohn.
Interacción con determinados alimentos
En algunas ocasiones la vitamina B1 ya en el organismo puede sufrir diferentes alteraciones en sus propiedades debido a la interacción directa con otros alimentos o sustancias. Es el caso de la teína, cafeína, mariscos o la cola de caballo, que provocan diferentes cambios en las características habituales de la tiamina.
La teína, por ejemplo, es una sustancia química que en contacto con la vitamina B1 provoca un desorden y dificulta la correcta absorción de la tiamina; pudiendo generar un déficit de este micronutriente en el organismo. Así, según apunta un estudio de la Universidad de Occidente, numerosas personas de la India acostumbradas a consumir grandes cantidades de té manifiestas carencia de vitamina B1.
Sin embargo, los investigadores señalan que interacción entre el té, café y tiamina no ocasionará variaciones importantes en el metabolismo, a excepción de personas que realicen una dieta cotidiana baja en vitamina B1 y vitamina C.
Por otro lado, los mariscos y pescados crudos también contienen elementos químicos que podrían destruir la vitamina B1. Así, el consumo elevado de este tipo de alimentos podría provocar falta de tiamina en el organismo; aunque el marisco o pescado cocido produce este efecto negativo, ya que las sustancias nocivas para este micronutriente son eliminadas en el cocinado.
Por último, la cola de caballo, una especie de arbusto, también alberga sustancias químicas en su composición causando la destrucción de la vitamina B1 en el estómago y consecuentemente ocasionando un déficit de esta vitamina para la persona.