El ejercicio es ampliamente recomendado por los médicos para tener un sistema circulatorio sano, ya que fortalece el corazón, favorece el bombeo sanguíneo y mantiene elásticas las venas y arterias.
Sin embargo, el comportamiento del sistema circulatorio cuando estamos tranquilos no es el mismo que cuando se está ejercitando.
Lo normal es que el pulso se incremente, aumente el bombeo de sangre y otras partes del organismo como los pulmones, sean puestos a prueba respecto a su resistencia.
Ahora bien, con total normalidad el corazón bombea más de 4,5 litros de sangre por minuto; así que imagínate el cambio tan sustancial que experimentamos cuando corremos o bailamos.
Por consiguiente, si sientes curiosidad por saber como es el sistema circulatorio por dentro, entonces lee con calma el siguiente artículo.
Datos y números
- El corazón late más de 100.000 veces durante el día.
- Cuando estamos en reposo, el corazón se contrae unas 70 veces por minuto y bombea más de 4 litros. Lo contrario ocurre al momento de hacer ejercicio, por lo que puede impulsar hasta 30 litros por minuto.
- Al momento de latir el corazón, la sangre golpea con fuerza las paredes de las arterias; permitiendo que circule por los vasos sanguíneos y el oxígeno viaje por todo el cuerpo.
¿Cómo influye el ejercicio en el sistema circulatorio?
Solo bastan cinco minutos de haber iniciado el entrenamiento, para que el sistema circulatorio trabaje de manera distinta, debido al gasto energético que aumenta sustancialmente.
Como consecuencia, inmediatamente se adapta a la demanda y el aumento del bombeo sanguíneo llega, seguido del ensanchamiento del órgano motor para poder soportar las exigencias.
Aumento de tamaño
En relación a ello, se ha determinado que si eres un deportista de alto rango o realizas actividades físicas regulares, entonces el corazón aumentará su tamaño.
Dicho proceso es normal y se le conoce como hipertrofia cardíaca, pero considera que el órgano siempre estará dentro magnitudes clínicamente aceptadas.
Adaptaciones
Otro punto de cambio en el sistema circulatorio de los deportistas, es que las paredes del músculo cardíaco son mucho más fuertes. Asimismo las ventriculas y aurículas son doblemente grandes. Por consiguiente albergan mayor líquido plasmático.
Llenado rápido
El más importante de todos los ajustes, es que los deportistas (especialmente los aeróbicos) poseen un corazón que se llena fácilmente de sangre.
Por consiguiente es un órgano elástico que las personas sedentarias no tienen.
Halterofilia
La halterofilia es un deporte de fuerza y que no es de carácter aeróbico como si lo es el atletismo.
En este caso, también hay modificaciones, pero estas no derivan en un aumento del tamaño del corazón.
Para dicho caso, las paredes del músculo cardíaco duplican su tamaño, mas no provocan la ya mencionada hipertrofia cardíaca.
Cabe destacar, que este fenómeno se denomina hipertrofia concéntrica, caracterizándose por un engrosamiento de las paredes del corazón; sin modificar el tamaño órgano.
Son reversibles
Las modificaciones o más bien adaptaciones que provoca el deporte en el sistema circulatorio, no son eternas y por lo tanto son reversibles.
Recuerda que este fenómeno es causado por el ejercicio, que una vez es suspendido entonces el sistema circulatorio vuelve a su «estado normal».
Mujeres
Hasta los momentos habíamos hablado de las alteraciones en el caso de los atletas hombres, por lo que es correcto detallar de cómo se adapta el sistema circulatorio si de mujeres se trata.
Primeramente toma en cuenta que el corazón de las mujeres es mucho más pequeño; y la caja torácica de menor tamaño.
Además, el factor hormonal también juega un papel importante, ya que el estrógeno impide la hipertrofia cardíaca.
Como consecuencia, el bombeo sanguíneo no tiene la misma potencia, y no impulsa la misma cantidad de líquido plasmático que los hombres. Pese a que el corazón de las mujeres debe trabajar mucho más, el esfuerzo se compensa con el aumento de la frecuencia cardíaca.