El ser humano necesita de la incorporación diaria de micronutrientes para poder sobrevivir. Entre ellos destaca la vitamina K, que es una molécula esencial para la salud, ya que participa en la correcta coagulación de la sangre y es beneficiosa para los huesos.
Esta vitamina la podemos obtener mediante una alimentación equilibrada y saludable. En este sentido existen numerosos alimentos que contienen vitamina K, tan necesaria para diversas funciones concretas que realiza el organismo de forma diaria.
Por otra parte, el cuerpo tiene la capacidad de fabricar por si solo ciertas cantidades de vitamina K mediante bacterias en el colón. No obstante, algunas personas encuentran dificultades para obtener este tipo de vitaminas; entre los que destacan los recién nacidos que no reciben una inyección de vitamina K al nacer; personas con enfermedades como la fibrosis quística, colitis ulcerosa, celíacos o el síndrome del intestino corto. Todas estas patologías provocan una menor absorción de este mircronutriente por parte del estómago.
Las personas necesitamos ingerir una dosis concreta de vitamina K de forma diaria. Así, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos ha establecido una interesante guía para conocer las cantidades suficientes que debemos consumir al día, dependiendo de aspectos como la edad y el sexo:
Etapa de la vida | Cantidad recomendada |
---|---|
Bebés hasta los 6 meses de edad | 2.0 mcg |
7 a 12 meses de edad | 2.5 mcg |
1 a 3 años de edad | 30 mcg |
4 a 8 años de edad | 55 mcg |
9 a 13 años de edad | 60 mcg |
14 a 18 años de edad | 75 mcg |
Hombres adultos mayores de 19 años de edad | 120 mcg |
Mujeres adultas mayores de 19 años de edad | 90 mcg |
Adolescentes embarazadas o en período de lactancia | 75 mcg |
Mujeres embarazadas o en período de lactancia | 90 mcg |
Alimentos con vitamina K
Como hemos anticipado anteriormente, la vitamina K es fácilmente hallable en multitud de alimentos de nuestra gastronomía. Aunque son numerosos los productos que contienen esta vitamina, no todos albergan las mismas dosis. Por lo tanto, vamos a separar los nutrientes en función de su aporte.
Más de 40 mg de vitamina K por cada 100 gramos de alimento: lechuga romana, remolacha, brócoli, col, espárrago, perejil, espinacas, nabo, col rizada, ciruelas pasas, coles de Bruselas, Kiwi, piñones, repollo.
Entre 5 mg y 40 mg por cada 100 gramos de alimento: anacardo, higos, apio, puerros, alcachofas, avellanas , zanahoria, coliflor, judías, tomate, mantequilla.
Menos de 5 mg por cada 100 gramos de alimento: carnes magras, pasta, lentejas, cebollas, cereales, champiñones, frutas, garbanzos, maíz, patatas.
Si realizamos una dieta basada generalmente en el consumo de los alimentos aquí descritos, mantendremos unos niveles óptimos de vitamina K, que se verá reflejado indudablemente en un mejor estado de salud.
No obstante, la deficiencia de vitamina K puede ser muy grave para el bienestar de las personas. La carencia severa de este micronutriente podría afectar en una coagulación ralentizada de la sangre, pudiendo generar hematomas e inconvenientes de sangrado.
Por otro lado, la deficiencia prolongada de vitamina K está relacionada con el desarrollo prematuro de enfermedades óseas como la osteoporosis. Esta patología se produce principalmente por el envejecimiento de los huesos, aunque la escasez de este micronutriente podría acelerar su aparición.
También influye en el Coronavirus
En el contexto de la pandemia del Coronavirus se hace más necesario contar con unos niveles adecuados de vitamina K, ya que diversos estudios han conseguido relacionar la influencia de la vitamina K con el virus; y viceversa.
Así, unos niveles bajos de vitamina K en sangre pueden significar un peor pronóstico de personas contagiadas con el Covid-19. Y es que el Coronavirus ocasiona problemas de coagulación sanguínea y tromboembolismo.
Un especialista en la materia y autor de estudios con vitamina K señala: “La posibilidad de que la vitamina K esté relacionada con la enfermedad cardiaca y la mortalidad se basa en nuestro conocimiento sobre las proteínas en el tejido vascular que requieren vitamina K para funcionar. Estas proteínas ayudan a prevenir la acumulación de calcio en las paredes de las arterias, y sin suficiente cantidad de esta vitamina, son menos funcionales”.