Javier García, presidente de Cota Cero, asociación nacional de afectados por la polio, ha pedido que los enfermos de polio sean reconocidos como víctimas del franquismo en la Ley de Memoria Democrática. En una entrevista realizada por Diario Córdoba, el presidente de la asociación nacida en 2015, ha pedido «reconocer y resarcir» a las personas que hayan sido víctimas de la represión o la tortura.
«Nosotros decimos que somos víctimas del franquismo porque en España, aunque siempre ha habido polio y del último caso del que se tienen datos es de 1988, entre 1955 y 1963 la vacuna de Jonas Salk ya estaba disponible tanto en Europa como en Estados Unidos y se estaban haciendo campañas masivas de vacunación, pero en España se negaba la mayor. Aquí se decía que no había pandemia ni afectados«, explica el presidente en la entrevista con el citado diario.
«No se vacuno ni a un tercio de los que necesitábamos la vacuna»
La vacuna contra la Polio tardó mucho en implementarse en España, y cuando lo hizo, el Gobierno no lo llevó a cabo de la manera adecuada. «El gobierno de la época se vanagloriaba de que habían vacunado a un millón de niños, pero lo que no decía era que éramos tres millones de niños», cuenta Javier García, que además, destapa que «no se vacuno ni a un tercio de los que necesitábamos la vacuna», en parte debido por las 27 pesetas que costaba cada vacuna por niño.
Los contagios en España fueron subiendo hasta que en 1963 la situación se volvió insostenible. Por esta razón, el Gobierno comenzó las primeras campañas de vacunación, pero «después de esa primera campaña se relajaron los medios técnicos, humanos y económicos». Esta situación provocó que a los pocos años, concretamente en el 69, hubiera un «importante rebrote» que volvió a poner a España entre la espada y la pared.
La vacuna de la polio llegaba a infectar a los niños
En el relato contado por Javier García se puede palpar el dolor y miedo que sufrió una generación entera, quiénes estaban destinados a coger el virus de forma natural o bien mediante la vacuna si no hacía el efecto deseado.
«La vacuna inyectable tenía un problema y la recomendación era que no se aplicara en época estival porque como había que mantenerla por debajo de 4 grados era muy fácil que se rompiera la cadena del frío. Pero se hizo y esa fue una de las causas de que muchos de los que se vacunaron y no estaban enfermos de polio contrajeran la enfermedad«, cuenta Javier.
Fue entonces cuando apareció la vacuna líquida de Sabin, que si logró atajar muy bien la pandemia. «Por todo eso decimos que somos víctimas. Las leyes base de sanidad de 1944 garantizaban la sanidad y el bienestar de todos los ciudadanos, pero en nuestro caso se incumplió flagrantemente. Y no solo no se cumplió sino que nos ocultaron y se ocultó la verdad», denuncia el presidente de Cota Cero.
«Nos tenían como conejillos de indias»
Pero sin duda la peor parte llegó en las instituciones sanitarias, como por ejemplo el hospital de San Juan de Dios de Madrid. En aquellas paredes se sometían a los niños infectados a «operaciones quirúrgicas de forma recurrente y sistemática y; lo más grave de todo, sin consentimiento paterno». Javier denuncia que aquellos años, a los niños con la polio se les tenía como «conejillos de indias», ya que los médicos «no tenían ni idea de lo que era la polio y con nosotros lo que hacían era practicar el sistema prueba y error«.
Por este cumulo de razones, Javier se encuentra en contacto con el gabinete de Carmen Calvo, con la intención de que se pueda introducir que el colectivo de enfermos de la polio fueron represaliados del franquismo y que «también merecemos reconocimiento y reparación». «Queremos que también se nos reconozca que fuimos torturados, porque yo lo recuerdo como una tortura constante», sentencia.