Rafa Rodríguez es psiquiatra especialista en Adicciones y Patología Dual. También es experto en TDAH y Trastorno de Espectro Autista. A través de sus redes sociales comparte interesantes publicaciones sobre diferentes escenarios y cómo podría encajar el autismo en cada uno de ellos: sector de la cultura, del entretenimiento o del transporte son algunos de los temas de interés sobre esta condición, pero también comenta tips o temas tabú sobre diferentes trastornos que generan un importante impacto social, a pesar de que su aceptación y normalidad todavía estén lejos de estar instalados en las esferas. Uno de los contenido más populares de este profesional ha tenido relación directa entre el autismo y Disney, uno de los lugares con más encanto para los pequeños de la casa.
De acuerdo con Rafa Rodríguez, psiquiatra y experto en TEA, «muchos niños y adultos autistas aman Disney, pero al mismo tiempo acaban desbordados en el parque«. Este parque es uno de los lugares de ensueño para millones de personas, que lo visitan cada año y disfrutan de una experiencia maravillosa, rodeados de personajes que animan sus días a través de la televisión o que presiden los dormitorios en forma de peluches. Pero también existe la ‘cara B‘ de este emplazamiento, propuesta por el propio experto: «pero también es ruido, colas eternas y una sobrecarga sensorial brutal» para quienes deben lidiar con la condición de autista. Por tanto, el propio profesional propone «siete cosas que seguramente no sabías» de la relación de Disney con el autismo.
Uno, dos, tres, cuatro
Las redes sociales de Rafa Rodríguez confirmar la biografía que preside su perfil. Echar un vistazo a sus plataformas digitales es entrar en un mundo repleto de escenarios que tienen relación directa con las personas con autismo un otras conductas intelectuales neurodivergentes similares, así como mezclar estas condiciones con temáticas poco abiertas socialmente, como es el tema del alcohol, la salud mental o los intentos de camuflaje en una sociedad que no concibe este tipo de discapacidad invisible. Pero existe. Así mismo, el propio Rodríguez enumera una serie de «cosas» que se desconocen sobre las personas pacientes de Trastorno de Espectro Autista y sus experiencias en el parque Disney.
En primer lugar, este psiquiatra, experto en TEA y TDAH, afirma que «las caras de dibujos animados son más fáciles de interpretar» debido a sus ojos grandes, gestos exagerados o las emociones «muy bien definidas», por lo que, bajo su teoría, «es más fácil sentir como se siente un dibujo animado que una persona real». En segunda instancia, Rodríguez menciona los «animales, monstruos y juguetes que tienen emociones«, indicando que siempre es más fácil que las personas autistas «se fijen en figuras antropomórficas que, muchas veces, es lo que más conocen en la infancia». Esta lista se enmarca dentro de la titulación que él mismo hace sobre la relación Disney – TEA: ‘¿Por qué a los niños con autismo les encanta Disney?’
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La cuestión número tres se hila con el poder de identificación: «Es fácil sentirte identificado con los ‘raritos’ de Disney», como diferentes personajes que menciona en una publicación de redes sociales. Finalmente, como objetivo número cuatro, «también sabemos que los niños repiten las películas hasta la saciedad» debido a que les otorga «cierta sensación de control y es una forma de autorregulación», motivo por el que se pueden llegar a saber estas producciones audiovisuales «de memoria», indica Rafa Rodríguez, experto en Trastorno de Espectro Autista.
Cinco, seis y siete
«En todas las películas Disney, casi todos los personajes tienen una forma previsible de actuar, como si tuvieran unas reglas muy claras», detalla Rodríguez como característica número cinco; además, cree que «esto es muy bueno» porque a los niños con autismo «les gusta mucho la previsibilidad«. Así mismo, como condición número seis de esta lista, «tenéis que saber que también la magia puede doler» ya que entrar en un parque como Disney es penetrar en un espacio repleto de mucha «neuro sensorialidad«: estrés, ruido, gente, olores, entre otras ideas. Por tanto, 2ya te puede encantar Disney que hay que pagar el peaje», lamenta sobre la relación entre este parque de aventuras y el colectivo de las personas con Trastorno de Espectro Autista.
Como número siete, y última opción, Rodríguez cita que «tanto Disney como muchos parques de atracciones conocen estos hechos», en referencia al listado que acaba de enumerar. Bajo el amparo de esta realidad, los espacios como Disney «diseñan ciertos tipos de carnet» o pulseras que otorgan un acceso prioritario. Por tanto, este psiquiatra concluye con una rotunda afirmación, que hace extensible a cualquier realidad que comparta espacio y tiempo con personas autistas: «Autismo y Disney no es una contradicción: es la prueba de que el problema casi nunca es el cerebro autista, sino el entorno que no se adapta«.