La historia de Alberto Ávila es de esos testimonios que merece la pena escuchar y conocer. Nació sin la pierna derecha y, desde que apenas tiene cuatro años, hace uso de una prótesis que sustituye su extremidad para poder caminar y practicar deporte, una actividad que le ha permitido, gracias a su esfuerzo y perseverancia, ganar varias medallas a nivel nacional e internacional, incluida una medalla de oro en España y lograr un más que meritorio subcampeonato de Europa en 200 metros T64. Del mismo modo, su particular gran sentido del humor le han permitido perfilarse como una voz autorizada dentro del colectivo de la discapacidad en las redes sociales, donde tratar de divulgar su realidad y normalizar esta situación, reivindicando que faltan ciertos aspectos por mejorar para ser una sociedad inclusiva, como son «la accesibilidad a las instalaciones pertinentes y la inclusión de personas con discapacidad en eventos de renombre».
El propio Alberto es un ejemplo de que las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad están para romperlas: arquitectónicas, mentales y actitudinales. Él lo ha hecho desde la resiliencia, el trabajo y la fuerza de voluntad para ir a entrenar incluso cuando la debilidad le ganaba la batalla y aprendiendo a levantarse cada vez que ha fallado. Por ello, él mejor que nadie puede aconsejar y alentar a personas en una situación similar a la suya: «No rendirse, trabajar y ejercitar al máximo la musculatura de la pierna amputada y sobre todo intentar llevarlo con la mayor naturalidad posible«, desvela Ávila en una entrevista Össur, entidad de la que es embajador de marca.
Influencer y atleta paralímpico
La trayectoria de Alberto Ávila trasciende más allá de las pistas de atletismo en las que compite -y gana- cada vez que se prepara para una carrera. A través del mundo de las redes sociales, este deportista también se ha hecho un importante hueco para normalizar la discapacidad desde el sentido del humor, una manera de sensibilizar y concienciar sobre este colectivo y que ha cautivado a su importante comunidad de seguidores, que ya supera, con creces, la barrera del millón de personas en todas sus plataformas: «¿Por qué me miran por la calle cuando voy en pantalón corto: por la pierna o porque estoy bueno?». Así comienza este influencer y atleta una de sus publicaciones en redes, haciendo gala de su capacidad para integrar el humor con la seriedad de la discapacidad.
Pese a ser una persona que siempre tiene una sonrisa dibujada en la cara, lo cierto es que Ávila no lo ha tenido fácil. Nació con la ausencia de su pierna derecha y lleva usando una prótesis desde los cuatro años, pero no ha sido motivo suficiente para dejar de luchar por sus sueños y haber alcanzado el status de deportista de élite, compitiendo el los Juegos Paralímpicos. De hecho, en declaraciones a Telemadrid, este joven deportista ha reconocido que «me ha costado muchos años conseguir un entrenador que quisiera entrenarme». No obstante, también ha explicado que la clave que le ha impulsado a lo largo de su vida ha sido «la perseverancia, la constancia y el no rendirse«. Sin duda, uno de los atletas más importantes del deporte español.
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En este sentido, la malformación con la que Alberto Ávila llegó al mundo provocó que, a los tres años de edad, tuvieran que amputarle la pierna a la altura de la rodilla, un hecho fatídico y que podría haber provocado un desánimo para querer seguir adelante. Pero eso no pasó. Además, el propio deportista ha valorado siempre el apoyo constante de su familia y su entorno más cercano, que le han tratado siempre «normal», animándole a hacer uso de pantalones cortos para que la prótesis estuviera a la vista, tratando de normalizar su situación y, por ende, a las personas con discapacidad a través de una inclusión verdadera.
‘Cojo por el mundo’
Además del deporte, el sentido del humor y su faceta como creador de contenido, Alberto Ávila también fomenta que las personas con discapacidad puedan viajar y emprender aventuras por todo el mundo. Este proyecto lo ha creado a través de las redes sociales, un espacio donde muestra las barreras a las que se enfrenta en según qué países visita y, especialmente, como puede esquivarlas o sobreponerse a ellas. Así mismo, una de sus mayores sorpresas ha sido la dificultad que tienen otras personas en una situación similar para conseguir una prótesis en otras naciones, un hecho que ha evidenciado una de las principales limitaciones del colectivo de la discapacidad para mejorar su bienestar y calidad de vida.

En este sentido, basta con echar un vistazo a las redes sociales de Ávila para entender de qué pasta está hecho. No es de esas personas que se esconden en la incertidumbre y en la impotencia, sino que sale a la palestra para decir ‘aquí estoy yo‘ y esta es mi vida con una prótesis desde los cuatro años de edad como consecuencia de haber nacido sin pierna derecha. Por tanto, su propósito en la vida, algo que intenta con todas sus acciones, es conseguir que la sociedad no vea con pena a las personas con discapacidad, sino que aprendan a conocer y a valorar a la persona que hay detrás de ella.
