El ácido úrico es una sustancia que se genera en el interior del propio organismo como consecuencia del proceso de descomposición de purinas. Pero además, este tipo de ácido también puede incrementarse por la ingesta de determinados alimentos ricos en purinas.
El principal problema de contar con niveles de ácido úrico elevados en el organismo es el desarrollo de una enfermedad conocida como gota, la cual se caracteriza por la acumulación de cristales de purinas en las articulaciones y el dedo gordo del pie.
Los principales síntomas de la gota son hinchazón y dolor intenso en la zona. Además, tener los niveles de ácido úrico por encima de un nivel considerado como normal, constituye un riesgo cardiovascular por sí solo.
Así, las personas con riesgo elevado de gota o que cuenten con hiperuricemia (niveles de ácido úrico en exceso en sangre) deben seguir un tratamiento acorde que permita poner solución a esta situación de salud.
Al respecto, el principal tratamiento para reducir los niveles de ácido úrico consiste en seguir una dieta saludable específica en la que se eliminen o limiten los alimentos y bebidas ricas en purinas; además de tomar determinados medicamentos indicados por un especialistas médico.
Consecuencias de la gota y ácido úrico elevado
En la mayoría de ocasiones, la gota es una enfermedad que se puede revertir con un tratamiento adecuado y a tiempo. Sin embargo, cuando los niveles de ácido úrico en exceso se prolongan en el tiempo pueden surgir nuevas afecciones de salud de forma derivada.
Una de las principales consecuencias de la gota y el ácido úrico elevado son los tofos. Estos tofos son una especie de nódulos de cristales de urato que alcanzan una importante dureza de bajo de la piel.
Este tipo de nódulos suele generarse en las articulaciones, cartílagos, dedos, manos, tobillos y pies. Normalmente no causan dolor, aunque pueden ocasionar daños en los huesos, cartílagos o articulaciones si no se establece el tratamiento adecuado.
Por otra parte, desde la ‘American Kidney Found‘ señalan que la gota crónica puede provocar inflamación de forma constante en las articulaciones, la cual puede provocar deformidad, rigidez y lesiones en las articulaciones con asiduidad.
Problemas renales y efectos en el estado de ánimo
En otro orden de cosa, las personas con gota y ácido úrico elevado tienen un mayor riesgo de desarrollar cálculos renales, ya que los cristales de urato se pueden acumular en las vías urinarias.
En este sentido, los cálculos renales pueden derivar en diferentes daños a nivel renal y generar algún tipo de enfermedad de forma derivada. Por ello, resulta fundamental establecer un tratamiento para paliar la gota lo antes posible.
Finalmente, los profesionales de la ‘American Kidney Found‘ aseguran que la gota puede causar dolores crónicos constantes. Así, en casos severos, esta enfermedad puede afectar a la capacidad de trabajar, caminar o realizar las tareas cotidianas de la vida.
De esta forma, este tipo de daños pueden acabar afectando emocionalmente al paciente, por lo que es importante seguir los hábitos recomendados por un especialista médico.